Pokémon Go ya es una máquina de hacer dinero. Niantic, la empresa creadora de la aplicación de realidad virtual, ha conseguido superar los 100 millones de descargas en todo el mundo en menos de un mes. El juego se lanzó el pasado 7 de julio. Es, sin duda, el fenómeno del año entre los juegos móviles, que se ha convertido en una mina para la empresa creadora del juego. Según las estimaciones de la firma especializada Appannie, la aplicación se mueve en ritmos superiores a los 10 millones de dólares de ingresos diarios a través de las plataformas de IOS y Android. Esto le situaría como un negocio anual superior a los 3.000 millones al nivel actual.
Este éxito ha generado nuevas oportunidades de negocio en todo el ecosistema de las aplicaciones móviles. El éxito de Pokémon Go se basa también en que, según los datos de Appannie, no ha tenido un impacto significativo sobre los ingresos diarios de otros juegos móviles en iOS y Google Play como Mobile Strike, Clash of Clans o Candy Crush Saga, entre otros.
Los ingresos de Pokémon Go, que tiene un modelo freemium -app gratuita, pero con compras integradas- provienen en su mayoría de la compra de bienes virtuales: 100 Pokécoins, por ejemplo. cuestan 0,99 euros, y de ahí hacia arriba hasta llegar a las 14.500 Pokécoins por 100 euros. El juego empieza con una cantidad decente de Pokéballs y algo de Incienso para atraer Pokémon. De ahí se va subiendo a media que avanza el juego y los distintos niveles, cada vez más dificultosos sin ayudas extras.
La fiebre por un juego global
La principal innovación de Pokemon Go se basa en el concepto de realidad aumentada. La inclusión de objetos virtuales visualizados y geolocalizados en el mundo real ha supuesto un antes y un después en este tipo de tecnología, permitiendo generar nuevos modelos de negocio, como el de los lugares patrocinados. Un ejemplo es el plan presentado con McDonalds que convertirá un total de 3.000 restaurantes en ‘gimnasios’ y ‘pokeparadas’.
Otra de las claves del informe señala que, al tratarse de una aplicación en la que es necesario desplazarse en la calle, los consumidores parecen haber incorporado el juego en sus rutinas diarias y desplazamientos. Pese a lo que pudiera parecer, “el tiempo medio de permanencia por usuario en la aplicación de Pokémon superó al de Facebook durante la semana después de su lanzamiento en los EE.UU”, según Appannie. Esto implicaría que Pokémon Go está adquiriendo con éxito una parte considerable del tiempo destinado al consumo del dispositivo.
La principal innovación de Pokemon Go se basa en el concepto de realidad aumentada. La inclusión de objetos virtuales visualizados y geolocalizados en el mundo real ha supuesto un antes y un después en este tipo de tecnología, permitiendo generar nuevos modelos de negocio, como el de los lugares patrocinados. Un ejemplo es el plan presentado con McDonalds que convertirá un total de 3.000 restaurantes en ‘gimnasios’ y ‘pokeparadas’.
Nintendo, al margen
El lanzamiento de Pokémon GO fue un momento decisivo para la realidad aumentada y su éxito no ha llegado a expensas de otros juegos o aplicaciones móviles. En cambio, ha abierto nuevas oportunidades de compromiso y de ingresos para todo el ecosistema de las aplicaciones mediante la creación de un modelo de ampliación a través de minoristas de la realidad aumentada.
El fenómeno de Pokémon Go ha dejado al margen a Nintendo, creadora del tradicional juego. La poca presencia de la compañía en Niantic ha provocado múltiples dificultades a la hora de monetizar el impacto que el juego ha tenido en el mundo. Ello hizo que su burbuja bursátil estallara tras haber incrementado su valor en un 110% tras la presentación de la aplicación. Los esfuerzos de la compañía nipona se han centrado en el lanzamiento de la pulsera Pokémon Go Plus, que será presentada en septiembre y con la que se espera tomar el pulso a una ola a la que Nintendo parece ir contracorriente.
La realidad es que se trata de un sector excesivamente volátil, en cuanto a que lo que hoy es un éxito, mañana puede no serlo. La gran incógnita es saber si este impulso es mantenido en el tiempo o se trata simplemente de una moda tecnológica más, como ocurrió con otras aplicaciones como Angry Birds, la creación de la finlandesa Rovio, que también experimentó un fenómeno similar al de Pokémon Go que rápidamente se vino abajo debido a la imposibilidad de hacer sostenible económicamente el negocio.