Buscó su salvación en un grupo industrial (Gestamp) con históricos vínculos con ArcelorMittal y, al final, meses después y con el agua al cuello, ha encomendado vigilar su salvación a uno de los nombres clave de la industria siderúrgica española.
Abengoa cerró en la madrugada del jueves el anhelado plan de rescate con sus acreedores. Un plan negociado hasta el detalle que incluía un nombramiento, hasta cierto punto inesperado, el de Gonzalo Urquijo Fernández de Araoz como asesor independiente.
El máximo responsable de ArcelorMittal en España (y el único español en la cúpula directiva del gigante acerero) será asesor independiente de Abengoa. No tendrá funciones ejecutivas, según explicó la compañía sevillana en el plan de reestructuración comunicado a la CNMV.
Su misión será asesorar al consejo de administración de la empresa de ingeniería y energías renovables en “asuntos relacionados con el plan de viabilidad y el seguimiento del cumplimiento de las condiciones precedentes”. Es decir, será el encargado de vigilar que el plan de rescate se cumpla.
No es la primera vez que su nombre aparece ligado al futuro de Abengoa. Ya a finales de 2015, la banca acreedora dejó caer su nombre como uno de los posibles garantes de la complicada reestructuración de Abengoa. Su perfil, vinculado a la industria pero lejos del fantasma de los Benjumea, da tranquilidad a quienes han puesto el dinero sobre la mesa para evitar la quiebra de la empresa andaluza.
¿Quién es Gonzalo Urquijo?
Era el hombre fuerte de Arcelor en España ya antes de que el millonario indio Lakshmi Mittal pusiera sus ojos hace diez años en el grupo acerero europeo. Su carrera profesional ha estado vinculada a Arcelor desde la creación del grupo en 2002, fruto de la fusión de la luxemburguesa Arbed, la francesa Usinor y la española Aceralia, y forma parte de su equipo directivo desde 2004.
Ya antes era un peso pesado en Aceralia, la empresa que aglutinó a los antiguos Altos Hornos. Fue su director financiero entre 1997 y 2001. Los anteriores pasos profesionales estuvieron ligados al campo financiero, en Citibank y Crédit Agricole. A sus 54 años, Urquijo es licenciado en Ciencias Económicas y Políticas por la Universidad de Yale y cuenta con un MBA (Master en Administración de Empresas) por el IE Business School.
Sus lazos con el poder van más allá. Es miembro de la Comisión Delegada del Patronato de la Fundación Princesa de Asturias, en representación de ArcelorMittal. También es presidente de Unesid (Unión de Empresas Siderúrgicas, la patronal de sector), de la Fundación Hesperia y miembro de los consejos de administración de Fertiberia, Gonvarri y Gestamp. Y en estas dos últimas empresas está, precisamente, una de las claves que ha ligado su futuro al de Abengoa.
La fallida opción de Gestamp
En noviembre del pasado, Corporación Gestamp estuvo a punto de convertirse en la tabla de salvamento a la que iba a agarrarse Abengoa. El grupo controlado por la familia Riberas, uno de los principales proveedores de componentes de la industria del automóvil, llegó a comprometerse a inyectar 250 millones de euros en la compañía andaluza a través de su filial Gonvarri. Esta división está especializada en la transformación industrial de productos de acero.
Gestamp iba a realizar este movimiento de una ampliación de capital con la que se haría con el 28% del accionariado de Abengoa. En una segunda fase, aportaría otros 112 millones de euros. Sin embargo, Gestamp dio un paso atrás en sólo unos días y, ante la ausencia de un socio industrial, Abengoa se vio abocada al preconcurso.
Hay más lazos que a estas empresas. Hasta el pasado febrero, el gigante siderúrgico controlaba el 35% de la división de automoción de Gestamp. Una alianza que se había prolongado desde 1998. La familia Riberas fue la compradora de esta participación, valorada en 875 millones de euros. Esta operación no supuso una ruptura comercial, dado que ArcelorMittal es uno de los principales proveedores tanto de Gestamp como de su filial Gonvarri.
¿Cuál será el papel de Gonzalo Urquijo en el futuro? Abengoa no da más detalles, si está llamado o no a mayores cotas de poder, más allá de ser un asesor externo. De hacerlo, se convertirá en el nombre de referencia de Abengoa tras la capitulación de la familia Benjumea, una de las fundadoras del grupo, que diluye su participación al entorno del 3%, con Felipe Benjumea imputado ante la Audiencia Nacional por la millonaria indemnización que se concedió en plena crisis del grupo.
Según los términos del acuerdo, los accionistas históricos controlarán un 5% de la nueva compañía. Un porcentaje que podría ascender en hasta un 5% adicional siempre se cumplan todas las condiciones del plan de refinanciación.