Quedan flecos. Unos detalles en los que estará escondida la letra pequeña. Esa letra pequeña que, en los últimos días, ha impedido a Abengoa cerrar su enésimo acuerdo con sus acreedores para garantizar su viabilidad y su supervivencia.
Falta pulir los detalles pero, tanto fuentes próximas a la compañía como a los acreedores aseguran que es cuestión de horas. Una vez se cierre el acuerdo, la empresa de ingeniería y renovables logrará despejar un nuevo nubarrón. Materializará así una inyección de liquidez de 1.200 millones de euros.
Es menos financiación de lo que preveía hace sólo unos meses porque las desinversiones que ha ido realizando en los últimos meses le han permitido soltar lastre. La empresa ahora presidida por Antonio Fornieles aseguraba tras declararse en preconcurso que sus necesidades de financiación estaban entre 1.500 y 1.800 millones de euros.
Negociaciones sin pausa
Las negociaciones para salvar Abengoa llevan encima de la mesa desde el pasado mes de noviembre. Fue entonces cuando tuvo que acogerse al preconcurso de acreedores para evitar la mayor quiebra de la historia empresarial española. Meses de reuniones, preacuerdos e inyecciones temporales de liquidez que tienen una fecha tope en el calendario para llegar a un acuerdo definitivo: el próximo 28 de octubre. Ese es el día que marcó el juzgado mercantil sevillano que supervisa su preconcurso. Para entonces tiene que estar todo listo.
¿Cuáles son los detalles del acuerdo? Básicamente: pactar el nuevo reparto del accionariado y concretar quién y cómo va a aportar nuevos fondos. En cuanto a estos últimos, realmente, Abengoa necesita que alguien inyecte 500 millones de nueva financiación. A ellos, hasta los 1.200 millones mencionados, se suman algo más de 500 millones que corresponden a créditos que ha ido consiguiendo en los últimos meses pero que tiene que refinanciar y otros 250 millones en forma de avales. Respecto a cómo quedará el accionariado, está previsto que el 95% de sociedad quede en manos de acreedores y bonistas.
¿Y con quién negocia? El núcleo duro de negociadores lo componen sus bancos acreedores: Santander, CaixaBank, Bankia, Banco Popular y Crédit Agricole. De este grupo se descolgaron otros dos, Sabadell y HSBC. A esas entidades se suman las firmas que deben aportar nueva financiación, entre las que están Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Partners, The D.E. Shaw Group, Elliott Management, Oaktree y Värde.
El acuerdo debe contar con, al menos, el respaldo del 75% de los acreedores. Inicialmente, el plan de la compañía era tenerlo todo atado antes de que acabara el mes de julio, pero los detalles finales lo han impedido.
¿Con qué pasivo afronta Abengoa este pacto definitivo? La compañía andaluza mantiene una deuda neta de 5.148 millones de euros. Ése es el dato que presentó al cierre del primer trimestre del ejercicio. Aún está pendiente que presente los datos del semestre, hasta el 30 de junio. Sin embargo, su pasivo corriente (que incluye, por ejemplo, lo que debe a los proveedores) es sustancialmente más alto. Superaba, en la citada fecha, los 14.100 millones de euros.
Recorte de empleo
También tiene pendiente desvelar en qué situación está hoy su plantilla. A 31 de marzo ya reconoció un severo recorte, de más de 7.000 empleados, que ha llevado a cabo en sólo 12 meses. Al cierre del primer trimestre, su plantilla estaba compuesta por 17.794 personas, un 30% menos que un año antes, cuando tenía 24.894 empleados.
Ese recorte ha sido especialmente significativo en España. Aquí ha eliminado un 25% de puestos de trabajo. En total, en su país de origen tienen contratadas a 5.312 personas, el 30% de toda su plantilla global.
Además, de rebajar plantilla, el grupo andaluz tiene en marcha varios expedientes de reducción temporal de empleo. Ahora mantiene tres ERTES para sus filiales, Abeinsa EPC, Abeinsa BD y Abengoa Research. Sus trabajadores han convocado para este jueves y viernes dos jornadas de paro, que afectan a cerca de 700 personas.
A lo largo del último año, Abengoa ha planteado ERTES en seis filiales, de 15 meses de duración en cada uno. La compañía también ha paralizado el pago de la paga extra de verano, que está a la espera de lograr el acuerdo de financiación adicional con sus acreedores.
La única que, hasta el momento, da alegrías a Abengoa es Atlantica Yield. El negocio estadounidense, del que la sevillana controla el 41% del accionariado, ya ha presentado los resultados semestrales (lo hizo el 5 de agosto) en los que desveló un incremento de ingresos del 51%, hasta 467,7 millones de dólares (422 millones de euros). Yield también ha aumentado su generación de caja, hasta 118 millones de dólares. Así, recuperará el dividendo hasta 0,29 dólares por acción, lo que repercutirá de forma positiva en las cuentas de Abengoa.
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