Abengoa ha comenzado ha destapar sus cartas para sobrevivir. Lo hará creando una nueva empresa y liquidando poco a poco la antigua para poder recibir el rescate de 1.170 millones de euros de los bancos y fondos de inversión, sus nuevos dueños. Pero las malas noticias no han hecho sino confirmarse para todo aquel que tenga negocios con la compañía sevillana, empezando por sus proveedores.
Abengoa aplicará una quita de 300 millones de euros a la cantidad que les debe y diferirá el pago de hasta 688 millones de euros, según la documentación enviada este martes al regulador CNMV. Es el doble de lo previsto meses atrás. Al cierre de 2015, la compañía tenía contabilizados 4.380 millones en la cuenta a pagar a proveedores. Fuentes próximas a la compañía aseguran que, desde que se pusieron en marcha las negociaciones para superar el preconcurso de acreedores, ha estado negociando con sus proveedores y que estos ya han dado el visto bueno a este retraso en los pagos.
Por otro lado, entre los nombres que forman parte del rescate reaparece el gigante del capital riesgo KKR, figura clave en la reestructuración de Abengoa, junto a otros nombres ilustres de la industria financiera como Centerbridge, Elliot, Oak Tree, D. E. Shaw, Värde; y otros menos conocidos como The Baupost, Abrams o Hayfin Capital.
La nueva financiación no le saldrá gratis a la compañía, que tendrá que hacer frente a tipos de interés del orden del 14% por el dinero prestado; unos 163 millones de euros en términos globales, que se unirán a los compromisos de deuda ya adquiridos. La compañía espera que comiencen las firmas de los inversores ante notario antes de finales de agosto para poder presentar al juez el plan homologado el 30 de septiembre, tal como estaba previsto.
En busca del buen gobierno
El grupo de energías renovables también abre la puerta a un nuevo consejo de administración que, según afirma a la CNMV, será más transparente en cuanto a sus remuneraciones y reordenará la separación de poderes del consejo de administración, su presidente y su consejero delegado.
Además, asume que, una vez se apruebe definitivamente el plan de reestructuración, cambiará por completo su actual consejo de administración, presidido por Antonio Fornieles.
El actual, heredado de la gestión de los Benjumea, se mantendrá hasta entonces. En el documento que ha enviado al regulador vuelve a reiterar que el hombre fuerte de Arcelor en España, Gonzalo Urquijo, será el supervisor del plan de saneamiento, sin funciones ejecutivas en la compañía.