El fabricante de vehículos eléctricos tiene previsto acudir al mercado antes de que acabe el año para conseguir liquidez y lograr así acelerar la producción del Model 3, cuya fabricación en serie tiene que estar en marcha en un año. Además, tiene pendiente la construcción de su megafábrica de baterías en Nevada.
Lo que aún no tiene decidido es cómo pedir el dinero que necesita. La compañía fundada por Elon Musk baraja tanto una ampliación de capital para colocar nuevas acciones en el parqué como realizar una emisión de deuda.
“Tesla está planificando incrementar sus fondos para finales de año, incluyendo una emisiones de acciones o de deuda, sujetas a las condiciones de mercado”, reconoce en un comunicado remitido a la SEC, el supervisor de la bolsa estadounidense.
El propio Musk ya reconoció hace meses que la compañía iba a necesitar una ampliación de capital, pero señaló 2017 como el año en que realizarla. Sin embargo, ante las crecientes necesidades de fondos para acelerar su producción, habría decidido adelantar esa medida.
Caja menguante
A principios de mes, Tesla aseguró que tenía en caja cerca de 3.250 millones de dólares (2.915 millones de euros), según señala la agencia Reuters. El problema es que sólo unos días después, esta posición de tesorería se ha visto recortada al tener que devolver una línea de crédito valorada en 678 millones de dólares, a la que se sumará en breve otros 422 millones.
Una vez concluidos estos dos movimientos, su nivel de caja estará en los 2.150 millones de dólares y, según estimaciones de analistas, necesita invertir cerca de 1.750 millones de dólares en la fabricación del low cost Model 3, que se comercializará en 35.000 dólares, y en su fábrica de Reno. Si tiene que realizar todas esas inversiones, sólo le quedarían 400 millones. Una cifra que se llevaría por delante en la integración de la deficitaria SolarCity.
También hay que tener en cuenta que la compañía estadounidense encadena 14 trimestres consecutivos de pérdidas operativas y que, sucesivamente, va retrasando los objetivos de producción. En España, por ejemplo, aún no cuenta con un establecimiento propio en el que vender sus vehículos y lleva meses de retraso en la instalación de sus cargadores, a pesar de que ha acelerado su instalación en los últimos meses.