Bruselas

Las compañías telefónicas han vuelto a ganar una nueva batalla. El fin de los recargos tarifarios por usar el móvil en territorio comunitario (tanto para llamadas como para navegar en Internet), que los líderes europeos han proclamado a bombo y platillo como uno de los mayores logros de la UE en los últimos años, nacerá con importantes restricciones.

La Comisión Europea ha propuesto limitar a 90 días anuales el roaming gratis en la UE con el fin de limitar lo que califica de "comportamientos abusivos". Además, los clientes no podrán beneficiarse de esta ventaja más de 30 días seguidos. La abolición de los recargos por itinerancia entrará en vigor en junio de 2017.

La asociación europea de consumidores BEUC acusa a la Comisión de plegarse a los intereses de los operadores de telecomunicaciones y de acabar con los recargos por itinerancia "sólo el 25% del año". Estas restricciones suponen, por ejemplo, que los estudiantes Erasmus todavía tendrán que comprar una tarjeta SIM local cuando vayan a estudiar al extranjero, denuncia BEUC.

"Estas importantes limitaciones significan que el fin largamente prometido del roaming no será una realidad para la mayoría de los consumidores europeos", ha dicho a EL ESPAÑOL el responsable de asuntos jurídicos de BEUC, Guillermo Beltrà. "Es triste ver que la Comisión parece preocuparse más por los intereses a corto plazo de la industria de las telecomunicaciones en lugar de crear un auténtico mercado único para los consumidores", ha resaltado.

Las presiones de los operadores ya lograron retrasar el fin del roaming hasta junio de 2017, en lugar de diciembre de 2015 como había pedido inicialmente la Eurocámara. Están en riesgo entre el 5% y el 6% de los ingresos de las operadoras, según un estudio de Deloitte. Bruselas alega que si no pone límites al uso gratis del móvil en el extranjero acabarán subiendo los precios para todos los usuarios de telefonía.

Entre los "comportamientos abusivos" que la Comisión dice querer evitar se encuentran los casos de clientes que puedan comprar una tarjeta SIM en otro país de la UE donde los precios son más bajos para usarla en su lugar de residencia. O también situaciones en las que los usuarios viven de forma permanente en el extranjero pero tienen un contrato móvil en su país de origen. "Esto podría tener un impacto negativo en los precios nacionales y finalmente en todos los consumidores", afirma.

Recargo si se supera el tope

El límite de 90 días anuales de roaming gratis (y sólo 30 días seguidos) es "un mínimo" y las compañías telefónicas tendrán libertad para ofrecer más, según ha aclarado la portavoz de la Comisión, Nathalie Vandystadt. En el caso de los contratos que ofrecen navegación ilimitada por Internet, los usuarios en el extranjero estarán autorizados a consumir a precios domésticos al menos el volumen medio que consumen los clientes de este tipo tarifas.

Si los clientes superan los topes (por ejemplo, en unas vacaciones de cinco semanas en otro estado miembro), los operadores podrán imponer un recargo tarifario: 4 céntimos por minuto en llamadas, un céntimo por mensaje de texto y 0,85 céntimos por mega. Bruselas cree que este tipo de situaciones serán muy escasas porque las limitaciones propuestas dejan mucho margen de maniobra.

Los trabajadores fronterizos, que van cada día a su empleo en otro país miembro pero regresan a casa por la noche, se libran de estas restricciones.

El plan de la Comisión se someterá ahora a la consulta de los Estados y de los reguladores nacionales en materia de telecomunicaciones y se aprobará de forma definitiva antes del 15 de diciembre.

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