¿Es posible lograr millones de euros a partir de la gestión privada de las listas de espera de la Sanidad pública manchega? Sí. ¿Y convertirse en poco más de dos décadas en multimillonario y accionista de referencia del mayor grupo sanitario de Alemania? También. Esa ha sido la rápida trayectoria de Víctor Madera, el hombre más relevante del negocio de la salud en España y, prácticamente, un desconocido para el gran público.
Madera no es habitual de la prensa y no quiere serlo. De hecho, declina hablar con los medios de comunicación, a pesar de que esta semana ha cerrado la venta del grupo Quirónsalud, del que es uno de sus fundadores, a la multinacional alemana Fresenius por 5.760 millones de euros. Es la mayor operación que ha vivido la sanidad privada en España y le permitirá hacerse con acciones del grupo alemán valoradas en 400 millones de euros, aunque su contraprestación por esta transacción va a ser aún más alta.
Medicina deportiva
Asturiano, de 55 años, reparte su tiempo entre Madrid, su Asturias natal y Londres, donde viven y estudian sus cuatro hijas, según señalan fuentes próximas al directivo. “Comparte el tiempo entre los tres sitios, pero tiene la sanidad continuamente metida en la cabeza”, recalcan. “Está en el día a día, la supervisa”, añaden.
¿Cómo ha llegado hasta aquí? En principio, su formación se encaminaba al contacto directo con los pacientes, pero pronto cambió de idea. “Estudió medicina deportiva pero ejerció muy poco como médico, rápidamente se enfocó hacia la gestión hospitalaria”, matizan. Lo hizo a través de un master en Dirección y Gestión de Instituciones Sanitarias, al que sumó después formación para directivos en la prestigiosa escuela de negocios Iese.
Su paso a la gestión comenzó en Cruz Roja, donde ejerció como gerente de varios centros hospitalarios. Esa fue la semilla, pero viró de rumbo a través de un negocio que empezaba a echar raíces: la colaboración con el sector público. “Él ha sido uno de los impulsores de la sanidad público-privada en España. Da la sensación de que ha ido varios pasos por delante”, aseguran las citadas fuentes.
El negocio de las listas de espera
“Empezó como gerente de hospitales de Cruz Roja. Después, en Castilla-La Mancha, a mediados de los 90, donde comenzó a trabajar en la complementaria al sistema público”, apuntan. Es decir, en cómo desviar los pacientes en lista de espera hacia la sanidad privada, a cambio de un concierto con la pública.
Hasta entonces, esos conciertos se hacían con cirugías de pequeño alcance, pero él empezó a aligerar las listas de espera con cirugía mayor, como cardiaca, o con radioterapia. De esas clínicas, llamadas Centros de Diagnóstico Recoletas surgió otra empresa más ‘ambiciosa’, Ibérica de Diagnóstico y Cirugía (IDC), el grupo con el que tomó contacto con el capital riesgo, con la firma CVC Capital Partners, un fondo que en España encabeza Javier de Jaime, quien ha sido su compañero de viaje hasta esta misma semana gracias al capital aportado, entre otros, por grandes fondos de pensiones internacionales.
Influencia
Pero no sólo hacía falta dinero. También capacidad de influencia que permitiese llegar a acuerdos con todo tipo de administraciones públicas, independientemente del color que sean. Así, según señalan desde su entorno, Madera y su equipo directivo han sido capaces de establecer relaciones con las administraciones públicas en las que está presente, dado que las competencias de Sanidad están transferidas. En total suma 43 hospitales (cuatro de ellos de gestión público privada), con el foco puesto en Madrid, Cataluña, Andalucía y, después, País Vasco y Castilla-La Mancha.
También le han ayudado relaciones personales a ambos lados de la barrera. El diario El País publicaba a principios de 2013 que mantenía buenas relaciones con el exministro socialista Javier Gómez-Navarro; también con Mauricio Casals, el hombre fuerte del Grupo Atresmedia, dueño de Antena 3 y La Sexta, y con capacidad de influencia en las más altas esferas gubernamentales. Fuentes próximas a la cúpula del grupo sanitario aseguran que esta relación le ha permitido llamar (y abrir) diferentes puertas.
Una década de compras
En poco más de 10 años, lDC ha ido protagonizando operaciones corporativas. Algunas de ida y vuelta. En 2005, CVC vendió la compañía al gigante sueco Capio por algo más de 330 millones de euros. Poco después, en 2011, caminó en dirección contraria. El fondo de capital riesgo recompró el negocio hospitalario en España de Capio por 900 millones. Ese viaje de retorno le obligó recuperar su nombre original, volvió a ser IDC.
Ya era el primer grupo sanitario privado de España. Por ejemplo, en Madrid, hoy gestiona tres hospitales públicos: Infanta Elena (Valdemoro), Rey Juan Carlos (Móstoles) y Villalba, contratos que tienen una vigencia de 30 años, según indica la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. También la Fundación Jiménez Díaz, un hospital de titularidad privada que presta actividad al sector público.
En 2014, IDC Salud ya se había convertido en el primer grupo sanitario privado de España, con un volumen de ingresos de 926 millones de euros. Y entonces dio su gran golpe dentro de España: su fusión con su mayor competidor, Quirón, cuya cifra de negocio alcanzaba entonces los 823 millones. Era la compañía que presidía Publio Cordón cuando fue secuestrado por los Grapo en 1995 y cuyo cuerpo (presuntamente falleció al intentar escaparse) nunca se ha hallado.
Ya fusionados, el nuevo gigante español de la sanidad privada sólo ha vivido dos años. Este martes se anunció la compra de Quirónsalud por el gigante alemán Fresenius. Una operación millonaria, que sacará de su accionariado a CVC y convertirá a Madera en millonario. Llevaban meses negociando, desde finales de 2015. La compañía germana entregará más de 6,1 millones de acciones propias a Madera, valoradas en 400 millones de euros. Tendrá que mantenerlas durante dos años.
Fuentes de la empresa alemana explican que CVC se desprende del 58% de las acciones de Quirónsalud. Del 42% restante, la participación mayoritaria es de Madera, aseguran. Así, además de esos 400 millones de euros en acciones, Madera recibirá una suma adicional en efectivo. Fresenius declina confirmar la cifra exacta pero fuentes de la cúpula directiva de Quirónsalud aseguran que esa suma en ‘líquido” también se aproxima a los 400 millones.
¿Qué pasará a partir de ahora? Desde Quirónsalud (mantendrá el nombre en España) hablan de continuidad y de que Madera seguirá al frente del proyecto. No se prevén cambios. “En el negocio, su principal preocupación es la relación entre los equipos y la tecnología, cree que se atraen unos a otros. Su idea es que hay que invertir en tecnología, porque la amortizas, y tienes que atraer buenos médicos, porque estos te traen pacientes”, indican quienes conocen al directivo.