La primera presentación de resultados de Coca-Cola European Partners (CCEP) desde la fusión de la embotelladora europea no coincide, precisamente, con el momento más dulce para el sector de los refrescos. La compañía, producto de la fusión del fabricante de refrescos en media Europa, reconoce que sus resultados “reflejan el impacto de un entorno de consumo débil y desafíos económicos persistentes”. Son palabras de su consejero delegado, John Brock, en la presentación a inversores realizada este jueves.

CCEP es un gigante de los refrescos producto de la fusión de la española Coca-Cola Iberian Partners, Coca-Cola Enterprises (CCE, que ya cotizaba en el parqué neoyorquino) y la embotelladora alemana. Básicamente, controla el negocio en casi todo el viejo continente: España, Andorra, Portugal, Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Luxemburgo, Mónaco, Noruega y Suecia.

Por eso, sus datos financieros incluyen dos informaciones diferentes. Por un lado, los resultados ‘reportados’ que, básicamente, son los de la estadounidense CCE, a los que se suman los de Iberian Partners y el negocio alemán a partir del 27 de mayo, el día de la fusión. Por otro, los que denomina ‘pro forma’, que suman los de las tres compañías como si llevaran meses funcionando como una sola empresa, aunque formalmente no fuese así. Esa última es la que ofrece información más comparable.

“Los ingresos ‘reportados’ de la primera mitad de año se situaron en 3.500 millones de euros, un 10,5% más, impulsados por la incorporación de Alemania e Iberia durante la última parte del segundo trimestre”, asegura la compañía. La mala noticia llega en los comparables. “El ingreso ‘pro forma’ fue de 5.200 millones de euros, un 3% menos”, añade.

Además, indica que los ingresos ‘pro forma’ por unidad se mantuvieron planos y, en volumen, las ventas de sus productos se redujeron un 1,5%. “Estos resultados reflejan las malas condiciones meteorológicas en los territorios en los que operamos durante el segundo trimestre y el impacto de un entorno de consumo que sigue sin recuperarse”, indica.

Botes de Coca-Cola. Stefan Wermuth Reuters

En cuanto al beneficio, ocurre lo contrario. El reportado se ha recortado un 11%, situándose en 210 millones de euros; mientras el ‘pro forma’ crece un 10%, hasta 405 millones de euros.

España, en positivo

En España y Portugal, sin embargo, no le va mal. Las ventas en esta división aumentaron un 1,5%. Explica que, en este mercado, los ingresos por cada unidad vendida crecieron más rápido, incluso, que en volumen. En otras áreas geográficos ha sido distinto. En Alemania, por ejemplo, se recortaron un 0,5%, que justifica por un cambio de envases.

En Francia, la caída de ingresos fue más pronunciada, del 4,5%, impactadas por “las malas condiciones meteorológicas, el impacto económico de la disminución del turismo y la menor demanda en el segmento de refrescos”. En el norte de Europa (Bélgica, Países Bajos, Noruega y Suecia), el retroceso fue más moderado, del 0,5%, porque unos países compensaron a otros.

El mayor problema de la compañía ha sido en Gran Bretaña. Allí, la reducción del volumen de facturación se elevó hasta el 10,5%. En gran medida se debe al impacto de los tipos de cambio con la libra, que ha supuesto una caída del 6%. Pero ha habido más factores: desajustes temporales en la cadena de suministro por la implantación de un nuevo software y un entorno competitivo. Además, “Reino Unido tuvo que afrontar un ejercicio difícil el año precedente, en el que su tasa de crecimiento descendió un 3,5%, respecto al ejercicio anterior”, indica.

No es la primera vez que CCEP alerta de la situación en el mercado británico. Antes del referéndum del ‘brexit’ ya alertaba de que podría ser un “riesgo” para su negocio. “Si el resultado del referéndum es un voto a favor de que el Reino Unido abandone la Unión Europea, eso se puede afectar negativamente a la operativa, a la regulación, la moneda, los seguros y a los impuestos a los que está sujeto ‘Orange’. Así, naranja en inglés, es como denominaba a CCEP antes de que existiera la compañía fusionada. “También podría dar lugar a una incertidumbre prolongada sobre la economía británica y perjudicar a los consumidores y a la confianza de los inversores”, añadía en un informe remitido a la SEC, el supervisor de la bolsa estadounidense.

Dividendo

Al margen de la evolución de los resultados de CCEP, la embotelladora de refrescos ha aprobado el pago del primer dividendo de la compañía desde su salida a bolsa. La compañía se comprometió en su salto al parqué a retribuir a sus accionistas con entre el 30% y el 40% de su beneficio.

Ahora, el órgano de dirección de CCEP ha aprobado un primer dividendo trimestral bruto de 0,17 euros por acción, equivalente, según indica la compañía a un dividendo bruto anualizado de 0,68 euros por títulos.

Con esas cifras, una de las grandes beneficiadas es Sol Daurella. La directiva catalana es una de las mayores accionistas individuales de la embolelladora europea y su presidenta. Controla el 6,3% del capital a través de la sociedad Cobega que ella encabeza, según publicó el diario económico Expansión, y con la que controlaba Coca-Cola Iberian Partners. Gracias a esa participación, el dividendo de 0,17 euros supondrá para ella 5,16 millones de euros; el global, de 0,68%, le reportará más de 20 millones de euros. En cuanto al conjunto de los accionistas de Iberian Partners, el 34,4% de las acciones de CCEP que poseen, les conllevará un dividendo anual de casi 113 millones de euros.

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