Hace años arrancó Alienvault, la que hoy es una de las mayores empresas de ciberseguridad con sello español. Ahora acelera en un nuevo proyecto centrado en la ciberinteligencia. Julio Casal es uno de los grandes emprendedores del sector. Y en un contexto como el actual lo tiene claro: “Casi nadie está preparado en el mundo para la nueva generación de ciberataques”.
En una entrevista con EL ESPAÑOL durante la celebración del evento South Summit en Madrid, Casal admite que la batalla de la ciberseguridad y la ciberinteligencia “no la estamos ganando y el problema no hace más que crecer”. Destaca el incremento exponencial de casos de robos de información o de dinero a través de lo que se llama “impersonalización” de correos y comunicaciones. Un ejemplo: un fondo de inversión americano envió muchos millones de euros a una cuenta porque lo había pedido un delincuente que se hizo pasar por un cliente suyo.
En este contexto, Casal cree que grandes empresas y bancos se están protegiendo y “están a la altura”. Pese a ello, reconoce que en el sector financiero ha habido robos. “No se publican, prefieren taparlos pero es bastante común el reclutamiento de ‘insiders’ [trabajadores de esas entidades] a través de foros de la web oscura y operan desde dentro para producir crimen o fraude… Esto también está afectando a España”, reconoce. “Donde quizás hay mucho por hacer es en las pequeñas y medianas empresas”, apunta.
Alienvault, a bolsa en 18 meses
Con esta explosión del sector, su gran proyecto, AlienVault, sigue creciendo a gran velocidad. Aunque lo mira con cierta distancia, pues ya no tiene cargo ejecutivo. En 2007 puso los primeros ‘ladrillos’ de la empresa en un pequeño ático de Madrid. “Sin dinero”, asegura. Se adelantaron al mercado, según explica con cierto orgullo, con una herramienta que ayuda a vigilar la seguridad de todas las redes de comunicación de una empresa. Ahora es una compañía que coquetea con la valoración de 1.000 millones de dólares, tras recaudar 108 millones de varios fondos de capital riesgo, y que tiene en el horizonte una salida a bolsa que podría ser para principios de 2018.
La clave fue poder dar el salto a la meca para un sector como este: Estados Unidos. Y el camino no fue fácil para fabricarse un hueco en un terreno de juego en el que peleaban más de 20 empresas con mucho potencial. “El mercado es de 10 a 1 de grande respecto a España y lo mismo en el nivel de competitividad”, reconoce. Y para muestra da una cifra: el primer contrato que consiguieron del Gobierno en España fue de 80.000 euros; en ese mismo mes su competidor americano principal consiguió 80 millones con el Ministerio de Defensa americano.
La manera de conquistar ‘El Dorado’ era atrayendo a potenciales clientes con un particular caramelo: una plataforma de código abierto en la que el uso de determinadas herramientas es gratuito. El objetivo: plantear un modelo de negocio ‘freemium’, en el que se ofrezca soluciones Premium de pago a todos esos usuarios. La consecuencia: llegó a una comunidad que hubiera costado años de manera ‘tradicional’ y permitió sembrar durante años semillas que desembocaron en un negocio creciente. “Cuando llegamos, recogimos el trabajo y en seis meses teníamos bastantes clientes como bancos en Estados Unidos y en diez países y con un producto internacional llegaron más”, apunta.
Hoy tiene un negocio de varias decenas de millones de dólares –se niegan a ofrecer cifras- y suman un capital externo de 108 millones de euros con inversores destacados de Silicon Valley como el histórico Kleiner Perkins. Muchos de ellos querrán salir de la compañía a medio plazo. Y Casal ya tiene su horizonte: en dieciocho meses espera estrenarse en bolsa. “Y si todo va bien sería el primer unicornio del ecosistema español”, reconoce.
4iQ, nuevo proyecto
Pero, ¿por qué un emprendedor con ese bagaje decide abandonar la primera línea? Casal, que se mantiene como el máximo accionista particular de la compañía, se define como un emprendedor que disfruta con las fases iniciales de las compañías. Con los años, AlienVault se había convertido en un gigante en pleno crecimiento. “Tiene unos 100 comerciales, una maquinaria de marketing y de operaciones, una cadena de producción, un ejército… Es muy difícil la flexibilidad con el producto o los precios”, explica.
Desde 2011 entra un equipo gestor nuevo. Y él da un paso atrás. Decide iniciar una transición con la que conseguir desconectarse para arrancar otros proyectos que tenía en mente. Durante dos años llevó a cabo esa preparación, mientras maduraba la idea de 4iQ. Ahora logra un impulso con 14 millones de euros de uno de los grandes fondos de capital riesgo del sector, Trident Capital, con Alberto Yépez, uno de los grandes gurús del sector, al frente.
¿En qué consiste? El objetivo es centrarse en la llamada ciberinteligencia. Y su campo de juego es la llamada web oscura (dark web), una red paralela donde se mueven los cibercriminales, grupos terroristas… “Percibí que esto iba a tener relevancia y me pareció que era un capítulo nuevo de seguridad que se podía cubrir”, explica el empresario. Ahora es contratado por cuerpos de seguridad como la Guardia Civil o por gobiernos y organismos de todo tipo para protegerse ante posibles ataques.
A día de hoy, dos tercios de su negocio se generan en España, donde concentran todos los ingenieros y el desarrollo tecnológico, y el resto en Estados Unidos, donde cuenta con una oficina con menos de una decena de trabajadores (de los 55 de la plantilla) especializados en ventas. “Nuestros planes con esta ronda es internacionalizar y acelerar el crecimiento en otros mercados, especialmente el estadounidense”, apunta. Su objetivo es multiplicar por dos los ingresos (sobre los que no da datos) durante los dos primeros años hasta recaudar una nueva ronda importante de financiación.
Emprendedores, a la espera del salto
Con esa gran tarea por delante, mira con optimismo el desarrollo de proyectos innovadores en torno a la ciberseguridad. “Hay muchísimas iniciativas y grandes profesionales; en general están yendo bien, arrancando bien y con buena tecnología”, admite. Muchas de ellas se encuentran en “el dilema de siempre”: cómo dar el salto internacional, especialmente a Estados Unidos.
El empresario tiene claro que hay que llegar a territorio estadounidense. “Puedes tener éxito en el mercado español, salir algo a Latinoamérica y hacer tus pinitos en Europa pero es necesario tener todo eso en Estados Unidos, si no, no eres global”, explica. Es un mercado mucho más grande y donde están instaladas las compañías más destacadas del mundo. “Se está abriendo el puente, pero todavía tenemos que conseguir que sea más habitual”, apostilla.
“Un sector con un crecimiento altísimo”
Ese reto de internacionalización está sobre la mesa. Pero, la realidad es que el segmento ha vivido un crecimiento “altísimo” en España, según Casal. Y pone de ejemplo a grandes compañías privadas que han hecho crecer su negocio y su apuesta por la ciberseguridad. Menciona a los dos principales bancos, BBVA y Santander, o a Telefónica.
La ‘teleco’ presentó este jueves las previsiones de negocio de este segmento. Espera cerrar 2016 con una cifra de negocio de alrededor de 100 millones de euros, lo que representa un crecimiento respecto al año anterior del 30%. Según los cálculos del director de Seguridad y Defensa de la división española, José Luis Gilpérez, controla un 10% de un mercado que factura en torno a 1.000 millones de euros anuales. Esperan crecimientos sostenidos del 20% en los próximos tres ejercicios.