Quid pro quo. Noruega regresa al accionariado de la tecnológica española después de que hace cuatro años, Indra diese un salto al país nórdico tras la compra de una pequeña empresa de sistemas de aterrizaje con sede en Oslo. La inversión española en el país del salmón, el petróleo y el gas tiene ahora su contrapartida en forma de respaldo del fondo soberano de Noruega a la compañía que dirige Fernando Abril-Martorell.
Norges Bank, que actúa como depositario del fondo público, el mayor del mundo, ha declarado una participación del 3,2% en el capital de Indra tras invertir unos 60 millones de euros, en lo que supone su regreso al grupo español de defensa, consultoría y ciberseguridad después de tres años de ausencia. En 2013, con Javier Monzón en la presidencia y antes de que estallase la profunda crisis de la empresa, el fondo público noruego llegó a tener algo más del 3% del capital de la compañía.
La entrada del fondo se produce con vocación de largo plazo. Hay un detalle que lo respalda. Inmediatamente de comunicar a la CNMV que tiene el 3,2%, Norges Bank ha realizado una segunda notificación en la que revela que ha prestado un 0,6% del capital (1 millón de acciones) de la compañía, es decir, un préstamo de valores, según consta en los registros del supervisor.
Este alquiler de acciones lo realiza a cambio de una remuneración pactada a plazo con un tercer inversor, presumiblemente, un fondo de operativa bajista que va a ponerse corto sobre la acción de Indra. Para ello, tiene que vender los títulos en mercado con la esperanza de que caiga la cotización y pueda recomprarlas más baratas para devolverselas a su legítimo dueño, en este caso, el Norges Bank.
Según datos publicados este verano en Oslo, el fondo soberano de Noruega (NBIM, por sus siglas en inglés) mantiene inversiones en hasta 80 empresas cotizadas españolas. Asímismo ha reforzado su inversión en la deuda pública española entre abril y junio, hasta los 45.507 millones de coronas (unos 4.914 millones de euros), un 8,1% más que el trimestre anterior, aunque un 2,6% menos que al cierre de 2015.
La gran reestructuración de Abril-Martorell
Abril-Martorell, de 54 años, va camino de firmar una nueva reestructuración en tiempo récord en el panorama empresarial en España, después de hacerlo anteriormente en Telefónica o Grupo Prisa. Como ejecutivo tiene triste récord difícil de valorar: 14.000 despidos en tres empresas distintas (Telefónica, Prisa, Indra) en los últimos quince años. Al frente de Indra ha sumado cerca de 1.750 bajas a su trayectoria de ajustes de personal.
Junto al Norges Bank también acaba de superar el 3% la gestora británica Schroders, que se convierte en otro accionista de referencia de la empresa. Al frente del accionariado permanece la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con un 20% heredado de la antigua Bankia; así como la Corporación Alba de la familia March, con un 10% de la empresa, y la gestora estadounidense Fidelity, que tiene otro 10%.
La compañía española viene de firmar esta semana una alianza estratégica con el gigante americano General Electric para el desarrollo de aplicaciones a través de Internet que mejoran la productividad. Además de este movimiento comercial se ha producido otro de gran calado con la enésima reestructuración del balance de la empresa.
La semana pasada, Indra anunció la emisión de bonos convertibles en acciones ordinarias de la sociedad por importe de hasta 300 millones de euros, con exclusión del derecho de suscripción preferente de los accionistas. La compañía pretende recomprar otra emisión anterior que pagaba intereses más altos y se guardará algo más de 100 millones para fines corporativos, según explicó a la CNMV. La operación comenzará este mismo viernes y, en parte, diluirá el valor de las participaciones de sus actuales socios, arriba mencionados.