De los bancos españoles cotizados en Bolsa, solo dos se libran de sacar la chequera en el fin de las cláusulas suelo. Banco Santander y Bankinter son las dos únicas entidades a las cuales no supondrá ningún impacto el fin de estos seguros contra la caída del Euríbor que ha sentenciado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). La entidad presidida por Ana Botín ya comunicó en julio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ¿el grupo no ha tenido operaciones materiales con cláusula suelo y no estima que pueda tener ningún impacto material en sus cuentas anuales como resultado de sentencias relativas a este asunto¿. Razón por la cual ni habrá que alterar balances ni surgirá impacto alguno sobre sus ratios de solvencia y capital de máxima calidad. La situación se repite en la entidad comandada por Pedro Guerrero. Ya en el año 2013, tras la sentencia al respecto del Tribunal Supremo español que ahora ha sido ampliada por el organismo judicial europeo, el banco explicó que ¿ni tiene ni ha aplicado nunca en sus hipotecas este tipo de cláusulas¿, razón por la que como en el caso anterior, ¿su cartera no se verá afectada¿ por decisión judicial al respecto. Para el resto de entidades, el Banco de España se ha apresurado a hacer un cálculo que cifra en un mínimo de 4.000 millones de euros la factura a asumir por el conjunto del sector. Las más afectadas por este varapalo judicial son Popular, el Sabadell y Liberbank. En el caso del primero, la falta de avances en el desembarazo de su negocio inmobiliario suma presión a la entidad para acometer su necesaria reestructuración de capitales, según comentan varios analistas que así justifican el descalabro que se ha apuntado en Bolsa el presido por Ángel Ron. Desde Analistas Financieros Internacionales (AFI) apuntan que las entidades financieras españolas habrían percibido cerca de 4.474 millones de euros por la aplicación de cláusulas suelo en las hipotecas entre noviembre de 2009 hasta mayo de 2013, cuando se pronunció el Supremo y que ahora deberían devolver a sus clientes. Por su parte, los analistas de Bankinter despuntan entre las cifras de consenso con unos cálculos que elevan la horquilla a 5.000 millones en el caso más amable y hasta 7.500 millones en el escenario más desfavorable para sus rivales hipotecarios.