La llegada a la presidencia estadounidense de Donald Trump está provocando un terremoto en la industria automovilística. Hace sólo unas horas, el magnate criticaba a través de su cuenta de Twitter a General Motors por fabricar en México su modelo Cruze.
“¡Fabrica en Estados Unidos o paga mayores aranceles!”, aseguraba el presidente electo en la red social, su vehículo de comunicación predilecto hasta su llegada a la presidencia el próximo 20 de enero.
Sólo unas horas después de ese comentario, otro de los grandes del motor, Ford, ha comunicado que cancela sus planes de construir una nueva fábrica en México a cambio de aumentar la capacidad de producción de una de las plantas que ya tiene en Estados Unidos.
Ford ya no destinará 1.600 millones de dólares (unos 1.530 millones de euros) a la construcción de una factoría en la localidad mexicana de San Luis de Potosí, donde iba a construir la nueva generación de su modelo Focus. Eso sí, esa producción se va a quedar en México, porque va a ensamblarlo en la fábrica que ya tiene en Hermosillo, según la información publicada por CNBC.
Se queda en México porque allí los costes de producción son más bajos que en Estados Unidos, lo que le permite fabricar a menor coste y mejorar su rentabilidad.
El Focus permanecerá en México pero parte de la inversión se destina a Estados Unidos. En concreto, 700 millones de dólares que dedicará a la ampliación de la Flat Rock, en el estado de Michigan, donde impulsará la producción de coches eléctricos.
Una relación compleja
La relación de Trump con Ford ha sido complicada en los últimos meses. Durante la campaña, calificó como “horribles” los planes de la automovilística de llevarse parte de la producción de utilitarios al país vecino.
Y siguió tras la victoria electoral. “Acabo de recibir una llamada de mi amigo Bill Ford presidente de Ford, quien me indicó que mantendrá su fábrica de Lincoln en Kentucky”, señaló en la red social del pajarito. “Se lo debo al Estado de Kentucky por su confianza en mí”, añadió. Fue uno de los estados en los que se impuso a Hillary Clinton. Sin embargo, Ford nunca había dicho que fuese a mover la producción de Lincoln a México.
Este movimiento de Ford, ya lo ha aprovechado Trump para asegurar, en Twitter, que Estados Unidos va a convertirse en un polo de atracción de innovación y puestos de trabajo "en lugar de conducir empleos y riqueza al extranjero".