Bruselas

El Gobierno de Mariano Rajoy había ganado el primer asalto, pero ha acabado perdiendo la batalla del roaming en la Unión Europea frente a los países nórdicos liderados por Dinamarca. La Eurocámara y la presidencia maltesa de la UE han cerrado este miércoles un acuerdo sobre la última pieza que faltaba para acabar, desde el 15 de junio de este año, con los recargos por usar el móvil en el extranjero: la regulación de los precios mayoristas que se cobran entre sí las compañías.

El compromiso sitúa las tarifas muy por debajo de los niveles que defendía el ministro Álvaro Nadal, y podría tener un impacto negativo sobre los operadores españoles, como Telefónica, y traducirse incluso en una subida de los precios nacionales en España.

El ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital está estudiando el acuerdo y de momento todavía no ha fijado posición, según han informado a EL ESPAÑOL fuentes gubernamentales. "No obstante, es importante destacar que este acuerdo debe ser refrendado por los Estados miembros el 8 de febrero", añaden las fuentes. Es decir, que España todavía podría intentar tumbarlo, o al menos votar en contra, en esa reunión de embajadores.

En contraste con la cautela española, el Gobierno danés ha clamado victoria por el recorte de los precios mayoristas. Incluso el primer ministro, Lars Lokke Rasmussen, se ha lanzado a su cuenta de Twitter para felicitarse por el pacto. "El acuerdo es bueno tanto para los consumidores como para las empresas de telecomunicaciones de Dinamarca", ha dicho el ministro del ramo, Lars Lilleholt.

¿Cómo se reparten los costes?

Lo que está en cuestión son las tarifas que cobra por ejemplo Telefónica a los operadores nórdicos por el uso de su red cuando un ciudadano danés viene a España de vacaciones. El Gobierno de Mariano Rajoy encabezó el bando de los países que reclamaban precios mayoristas elevados alegado que las compañías deben poder cubrir el coste del despliegue de infraestructuras extra para atender a los turistas durante los meses de verano. "España es una gran potencia turística, con 70 millones de visitantes, y lo que tenemos que conseguir es que los españoles no paguemos el teléfono de los demás", dijo Nadal en diciembre.

También la Comisión Nacional de Mercados y Competencia elaboró un informe en el que avisaba de que si las tarifas mayoristas se rebajan en exceso, el resultado podría ser una subida de los precios domésticos en España para compensar el sobrecoste de proporcionar el servicio de roaming a los turistas. Los argumentos de España lograron el apoyo mayoritario de los ministros de Telecomunicaciones, que en diciembre fijaron la tarifa mayorista en 8,5 euros por gigabyte. "Hemos llegado a un delicado equilibrio que queremos mantener", alegó Nadal.

Pero tal y como se esperaba, la Eurocámara se ha aliado en la fase final de las negociaciones con los países nórdicos y ha forzado una significativa bajada adicional de las tarifas. Se trata en concreto de un recorte del 90% respecto a los niveles actuales. El precio pasará del vigente tope de 50 euros por giga a 7,7 euros el próximo 15 de junio. Y seguirá descendiendo paulatinamente hasta los 2,5 euros en 2022.

"Los topes acordados garantizan la cobertura de costes para los operadores eficientes en toda Europa, pero son lo suficientemente bajos como para sostener la competencia en los mercados europeos de telecomunicaciones", ha dicho la ponente de la Eurocámara, la socialista finlandesa Miapetra Kumpula-Natri. La clave de su declaración está en el calificativo de "eficientes". Los países nórdicos sostienen que las compañías del sur no lo son y por eso imponen precios más altos.

En contraste, los operadores nórdicos ofrecen tarifas mucho más reducidas y con un volumen ilimitado de datos. Y alegan que un precio mayorista elevado les obligaría también a subir sus precios nacionales. 

La presidencia maltesa sostiene que el compromiso da satisfacción a todas las partes. Las nuevas tarifas mayoristas son suficientemente bajas para que los operadores puedan ofrecer roaming gratis a sus clientes sin tener que aumentar los precios nacionales. Al mismo tiempo son lo suficientemente altas para que las compañías de los países visitados puedan recuperar sus costes e invertir en nuevas redes también sin subir los precios.

La reducción progresiva prevista de aquí a 2022 responde a la expectativa de que el coste de proporcionar servicios de roaming irá bajando en los próximos años gracias al aumento del uso de los servicios de datos móviles, las mayores economías de escala, las nuevas tecnologías y una mayor competencia en el mercado único digital.

La Comisión tendrá que elaborar cada dos años un informe sobre cómo funcionan las nuevas reglas y proponer nuevas tarifas si lo considera apropiado. El primer informe debe publicarse el 15 de diciembre de 2019.

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