Ha pasado casi año y medio desde que se destapó el fraude de las emisiones de gases contaminantes de Volkswagen y es ahora cuando su consejo de administración va a tener que apretarse el cinturón y limitarse el sueldo. Lo hará hasta un máximo de 10 millones de euros, que sólo podrá alcanzar su presidente, según la información publicada por el diario Süddeutsche Zeitung, siempre que salga adelante la propuesta que está analizando su consejo de supervisión.
Hay que tener en cuenta que, en Alemania, las grandes empresas tienen dos altos órganos de dirección. Por un lado, está el consejo de administración. Es similar al español y decide el día a día de la empresa, sus planes estratégicos, objetivos, etc. Por otro, el consejo de supervisión. En él están presentes accionistas y sindicatos que supervisan y vigilan la actuación de los consejeros. El de Volkswagen está presidido por Hans Dieter Pötsch. Y es este organismo el que quiere limitar las retribuciones.
¿Qué va a suponer para los máximos directivos? Según la documentación a la que ha tenido el diario alemán, sólo el presidente de Volkswagen, Matthias Müller, podrá llegar a esa cifra de 10 millones; el resto de consejeros estarán por debajo. La multinacional automovilística no ha publicado aún los datos financieros sobre su evolución en 2016 y, tampoco, la retribución de sus máximos directivos durante ese ejercicio. Así que para saber cuánto ganan hay que remontarse al año anterior, al del escándalo.
Un ejercicio que no fue completo para los principales directivos. Müller llegó a la presidencia en la recta final del año. Lo hizo para sustituir a Martin Winterkorn, el máximo directivo de Volkswagen cuando saltó (y también cuando se ideó dentro de la empresa) el escándalo de la manipulación de las emisiones. En ese ejercicio, Müller, que llegó a la presidencia en septiembre, percibió 7,1 millones de euros.
Matthias Müller no fue el consejero que más ganó en 2015. Ese título fue para Andreas Renschler, que recibió más de 15,5 millones. Es el consejero sobre el que recae la responsabilidad de los vehículos comerciales. Esa cifra incluye una compensación de 11,5 millones por lo que dejó de percibir el directivo al dejar Daimler (la matriz de Mercedes) para recalar en Volkswagen en febrero de 2015.
En ese órgano de dirección también hay un español. Se trata de Francisco Javier García Sanz, vicepresidente de la compañía y el español con más responsabilidad dentro de la multinacional. De hecho, cuando saltó el escándalo, llegó a cruzar misivas con el anterior ministro de Industria, José Manuel Soria, en las que condicionó las inversiones de Volkswagen en España a que no se suspendiera la venta de los coches trucados.
Más allá de los sueldos de Müller, la retribución que recibió críticas fue la de Winterkorn. El exdirectivo llegó a percibir más de 17 millones de euros en un solo ejercicio. En el momento de su dimisión, forzada por los acontecimientos, Winterkorn tenía aprobada una indemnización de 28,6 millones de euros. Actualmente, según la información publicada en enero por el periódico Bild, el exdirectivo cobra 3.100 euros diarios de pensión.
No pagará a los europeos
Al margen de la gestión interna de la crisis de las emisiones, en la externa, Volkswagen está llevando a cabo una estrategia dual. Mientras en Estados Unidos se ha comprometido a compensar económicamente a los clientes afectados por el fraude de las emisiones (con hasta 10.000 dólares por persona), en Europa no tiene intención de hacerlo.
Este lunes, Matthias Müller se reunió con la comisaria de Justicia y Consumidores, Vera Jourova, que volvió a instar al directivo a que también compensen a los europeos. "Insistí de nuevo en que Volkswagen debería ofrecer una especie de bono o compensación a sus clientes europeos. Los consumidores europeos merecen un trato justo y Volkswagen debería moverse pronto en ese sentido", recalcó la comisaria.
Jourova reconoció que la automovilística "ha dado los primeros pasos para informar mejor" a los clientes y para "garantizar a tiempo las reparaciones de los coches afectados". El objetivo de Volkswagen es haber reparado los coches trucados en otoño de este año. Pero, de indemnizaciones nada de nada. Aquí tendría que compensar a más de ocho millones de clientes, mientras, en Estados Unidos, sólo es medio millón. “No hay que ser un matemático para saber que un pago de indemnizaciones (de este tipo) desbordaría a VW", aseguró Müller en una entrevista al dominical Welt am Sonntag.