Enagás obtuvo un beneficio neto en 2016 de 417,2 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,1% con respecto a 2015, en línea con el objetivo previsto para el ejercicio. Este incremento ha estado motivado principalmente por la aportación de las sociedades participadas.
En concreto, en 2016 la contribución de los proyectos internacionales en el beneficio neto de la compañía ha sido del 10%. Los dividendos procedentes de sociedades participadas fueron de 90,5 millones de euros, por encima del objetivo anual fijado.
912 millones de inversión
En 2016, Enagás invirtió 912 millones de euros en activos en los que la compañía ya estaba presente. Estas adquisiciones refuerzan el posicionamiento estratégico de la compañía en estos proyectos.
Al finalizar el ejercicio, el endeudamiento financiero neto de Enagás ascendía a 5.089 millones de euros y la disponibilidad financiera a 2.409 millones. Más del 80% de la deuda era a tipo fijo y el coste neto medio de la deuda se situó en el 2,4%, frente al 2,7% registrado en la misma fecha de 2015.
En 2016, la compañía realizó dos emisiones de bonos: una por un total de 750 millones de euros a 12 años, con cupón anual de 1,375%, y otra por 500 millones a 10 años y un cupón anual de 0,75%.
Demanda de gas
La demanda nacional de gas natural en 2016 creció un 2,1% con respecto a 2015, hasta alcanzar los 321.495 GWh, lo que supone un incremento por segundo año consecutivo.
Este crecimiento estuvo motivado fundamentalmente por la demanda industrial —principal consumidor de gas natural—, que subió un 3,3%, en línea con la evolución de la economía, y al crecimiento de la demanda doméstico-comercial, que aumentó un 3,2%.
En lo que va de año, la demanda nacional de gas natural ha crecido un 20% respecto al mismo periodo de 2016 por el efecto, entre otros, de la ola de frío. El pasado 19 de enero la demanda de gas alcanzó una cifra récord desde febrero de 2012, que se superó atendiendo con normalidad toda la demanda gracias al papel de los almacenamientos subterráneos y de las plantas de regasificación.
La demanda de gas natural para la generación de electricidad está creciendo un 32% en 2017, lo que pone de manifiesto el papel fundamental que el gas natural desempeña para garantizar el suministro eléctrico.