El pelotazo dado en la distribuidora Dia en 2015 por Bernard Arnault, el millonario francés presidente de Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), y su socio el estadounidense Richard B. Saltzman, director de la gestora Colony Capital, dio paso a una cruzada especulativa de los fondos de inversión en la cadena de distribución que preside la hispano-venezolana Ana María Llopis. En apenas dos años, las posiciones cortas han pasado del 6% a superar el 16%.
Fue una de esas operaciones que ponen los dientes largos a cualquier inversor. Arnault y Saltzman -entonces máximos accionistas de Carrefour- vendieron 55 millones de la multinacional española (el 8,48% de su capital) y se embolsaron 408 millones de euros. Ambos habían decidido mantenerse en Dia cuando, en julio de 2011, la distribuidora salió a bolsa tras escindirse del grupo francés, y la jugada les salió redonda.
200 millones de plusvalías en 4 años
Entonces, su participación estaba valorada en poco más de 200 millones, la mitad de lo que obtuvieron cuatro años después. Groupe Arnault y Colony se mantenían en la cadena a través de Cervinia Europe, una sociedad belga controlada por Arnault, y por Blue Partners, en la órbita de Colony.
La operación se cerraba ligeramente por debajo de los 7,6 euros a los que, entonces, cotizaba la cadena de distribución, y, en ese momento, las posiciones cortas especulativas se movían en torno al 6% del capital.
A partir de aquí, la distribuidora entró en una espiral bajista que le llevaba, primero, a dejar atrás los 7 euros, y después los 6, barrera que perdió en noviembre de 2015 y a la que nunca ha vuelto a acercarse. A lo largo de 2016 llegó a bajar hasta 4,3 euros y, ahora se mueve en torno a los 5 euros.
Todo un negocio: compro a 4,5 euros, vendo a 5,5
De manera simultánea, este descenso bursátil ha venido ligado al brutal incremento de las posiciones cortas, que estos días acaba de situarse en un histórico 16%, equivalente a 500 millones de su actual capitalización en el parqué. Capital especulativo que se siente cómodo comprando a préstamo las acciones, a un precio de unos 4,5 euros, y vendiéndolas, después, por unos 5,5 euros.
Son ya 100 millones de títulos repartidos entre 14 fondos de inversión que, en su mayoría, han entrado en esta operativa tras la operación de Arnault y Colony, y cuyos movimientos se ejecutan al margen de la evolución de la actividad y resultados de la distribuidora, y también de las recomendaciones de los analistas que siguen a la cadena, como la que hizo Jefferies en septiembre de 2016, de elevar el precio operativo a 5,8 euros. Desde entonces, la acción no solo no se ha acercado a ese precio, sino que, el pasado mes de diciembre, caía incluso a poco más de 4 euros.
Como sucede con otras empresas del selectivo, entre los últimos inversores que más han incidido en su apuesta a corto en Dia figura el fondo AQR Capital. Entraba en esta operativa en mayo de 2016 y, prácticamente, ha cuadruplicado el capital hasta el 1,92%. UBS y Ako Capital y BlackRock también acreditan porcentajes superiores al 1%.
Resultados menguantes con deuda creciente
El nuevo máximo histórico de posiciones cortas en Dia se produce a una semana vista de que, el próximo 23 de febrero, la cadena ofrezca los resultados al cierre del ejercicio 2016 que, de seguir la tendencia registrada hasta septiembre, arrojaría unos beneficios en torno a 220 millones de euros, prácticamente la mitad de un año por el efecto negativo del tipo cambiario en Brasil y Argentina.
Se trata de datos que pueden, en un momento dado, darse la vuelta por una variación de la política cambiaria. Más dudas existen sobre la evolución de la deuda neta. Los inversores están esperando comprobar si, como apuntaba en octubre, la distribuidora será capaz de reducir un 22% el endeudamiento en el último trimestre del pasado ejercicio, por debajo de 1.000 millones de euros. Si lo logra, Borja de la Cierva, su director financiero desde septiembre de 2016, se apuntaría su primer gran tanto.