Dos años después de la llegada de Fernando Abril-Martorell a la presidencia de Indra en sustitución de Javier Monzón, prosiguen los cambios en el equipo directivo de la empresa tecnológica. El último movimiento ha sido la salida de Eduardo Bonet. Acaba de ser despedido, de manera fulminante, cuando estaba a punto de cumplir 30 años en la empresa. Tres décadas en las que Bonet siempre ha estado ligado al área de transportes e infraestructuras.
La salida se produjo el pasado mes de marzo, pero se venía gestando desde el pasado 17 de octubre de 2016, cuando Bonet fue apartado de la Dirección General de Transportes, en sustitución de otro histórico, el exmilitar José Manuel Pérez Pujazón, a punto de jubilarse. En ese momento, Bonet fue nombrado responsable de Indra en Europa, como paso previo a su definitivo despido. La medida, junto a otros cambios en la alta dirección, venía motivada por la necesidad, en este caso, de “mejorar la eficacia en el mercado de Transportes”.
Investigación interna previa al despido
Se trataba únicamente de ganar tiempo y de que Bonet permaneciera en la empresa hasta que la unidad interna de cumplimiento examinara su gestión en los últimos años, especialmente en todo lo relacionado con la actuación de Indra en el consorcio del AVE de Medina a La Meca. Un proyecto de 6.700 millones de euros, en el que la tecnológica participa con el 4,63%. Tras reportar la unidad de cumplimiento al consejo de administración, el despido fue inmediato.
Ingeniero de Caminos Canales y Puertos y MBA por el Instituto de Empresa, Bonet, tras un inicial periplo en Entrecanales, ha desarrollado toda su carrera profesional en Indra, ocupando diferentes posiciones en el mercado de Transporte y Tráfico.
En julio de 2009 fue nombrado director general adjunto responsable de las unidades de Redes; Tráfico Vial y Marítimo; Transporte Terrestre y Ferroviario y Servicios de Ingeniería para Infraestructuras (Prointec). Y, posteriormente, aupado a la máxima responsabilidad de esta área hasta que fue relevado en octubre de 2016 para ocuparse, en los últimos seis meses en la empresa, del negocio en Europa.
Proyectos ralentizados y retrasos en iniciar obras
Indra se armaba de razones para retirar la confianza en Bonet al presentar, a finales de febrero, las cuentas al cierre de 2016. El mal resultado del segmento de Infraestructura & Transportes -del que se encargaba Bonet- dejaba sin brillo la mejora de las ventas en la gestión de tráfico aéreo.
Al final, la ralentización de proyectos en curso y retrasos en el inicio de ciertas actuaciones relevantes en cartera en los ámbitos ferroviario, de tráfico vial y de ticketing, provocaba que las ventas de Transporte y Tráfico cayeran un 6%, hasta los 625 millones de euros.
“Como consecuencia de la evolución reciente de la división de Transportes la compañía está procediendo a una revisión en profundidad del negocio para valorar la cartera de productos y la estrategia en torno a los mismos”, reaccionaba Indra ante estos malos resultados.
Llega Berta Barrero, procedente de Renfe
Detrás de este comentario vertido por Indra en esa presentación se encontraba el nombramiento, una semana antes, de Berta Barrero como nueva directora general del área de Transportes. Llegaba a Indra procedente de Renfe, de donde había salido dos meses antes coincidiendo con el cese de la empresa ferroviaria de Pablo Vázquez, su valedor.
Al cesar como responsable de Transportes de Indra, en octubre de 2016, Bonet también quedó fuera del consejo del consorcio de empresas españolas que están llevando a cabo en el proyecto de alta velocidad “AVE del Desierto”.
Como socio tecnológico del proyecto Haramain, Indra es responsable del desarrollo e implantación de las telecomunicaciones, tanto fijas como móviles, de los sistemas de seguridad, la tecnología de gestión y el centro de control (OCC), así como de las soluciones de ticketing (AFC).