ACS da empleo a 7.637 personas de colectivos vulnerables
En la plantilla del grupo constructor trabajan 5.731 personas discapacitadas y 1.906 personas de perfil vulnerable.
3 mayo, 2017 00:30Noticias relacionadas
- El Gobierno premia el compromiso de Clece contra la violencia de género
- Una puerta hacia el empleo para las personas en riesgo de exclusión social
- "Falta voluntad política para la integración laboral"
- Mujeres que han superado la desigualdad laboral y social
- La integración de las personas con diversidad funcional al mercado laboral, la gran tarea pendiente
"El compromiso del Grupo ACS con la integración laboral es estratégico", aseguran desde la constructora. Por eso, hoy en día cuenta con 7.637 personas de perfil vulnerable, de los cuales 7.119 trabajadores pertenecen a colectivos desfavorecidos, el 10% de la plantilla de Clece, según datos de marzo de 2017.
Personas con discapacidad, mujeres víctimas de violencia de género, personas en riesgo de exclusión social y jóvenes forman parte activa de la compañía. "Hombres y mujeres con historias increíbles de superación, de éxito, que forman parte activa", explican. En el último año ha aumentado un 5,4% más respecto a 2015 el número de personas de colectivos desfavorecidos que forman parte de la plantilla.
“Aprovechamos lo que somos, tenemos y sabemos hacer para dar una oportunidad a estas personas, incrementar la sensibilización social sobre los problemas que estas personas padecen y favorecer la empleabilidad”, afirman desde el Grupo. Está demostrado, dicen desde ACS, que estas personas crean modelos de referencia positivos dentro de la plantilla. “Es increíble ver la capacidad de trabajo que tienen y como contribuyen a generar buen ambiente dentro la empresa".
Política de inserción laboral
En esta labor de integración el papel de las asociaciones es fundamental. En el caso de Clece colabora con más de 350 asociaciones, fundaciones, entidades sociales y organismos públicos, como fuentes de selección e inserción de colectivos desfavorecidos.
Una política de inserción laboral que implica también una forma de entender la integración. "La completa y eficaz inserción de estos trabajadores sólo se consigue desde la normalización", apuntan. Esto es, valorando y tratando a las personas por sus cualidades y capacidades, y "no porque tengan una determinada discapacidad o vivan una situación personal excepcional".
Además, cuenta con un equipo de inserción laboral que prioriza la incorporación de estos colectivos, actuando como sensibilizador y fuente de conocimiento interno de cara a quienes son agentes de contratación dentro de la compañía.
En este sentido, Clece entiende los servicios que presta para las distintas administraciones de una forma más amplia y busca dar una oportunidad de acceso al mercado laboral a las personas de colectivos socialmente vulnerables a los que atiende en diferentes centros asistenciales. “Nuestra empresa puede llegar donde no alcanzan las administraciones o el tercer sector, ofreciendo un puesto de trabajo dentro de nuestra compañía. Es lo que llamamos cerrar círculos. Personas que empezamos a atender en la prestación de un servicio, les ayudamos en su desarrollo y finalmente les ofrecemos un empleo. Personas que además acaban trabajando para otras personas en situación de vulnerabilidad”.
Para seguir “cerrando círculos” es "fundamental" la colaboración de empresas e instituciones, además de las asociaciones. El cumplimiento de la ley vigente en materia de integración, el respeto de los convenios o la inclusión de cláusulas sociales en los pliegos que favorezcan la inclusión de estos colectivos son tareas pendientes de mayor desarrollo en algunos casos y de aplicación en otros.
Solo el 25% de los discapacitados tiene empleo
Las personas con diversidad funcional han ido derribando barreras y ocupando empleos antes impensables. Algo que ha sido posible principalmente por su empuje -el de personas generalmente con una capacidad de esfuerzo y de superación mayor-, pero también gracias al apoyo de sus familias, al impulso de cientos de asociaciones y a la apuesta de administraciones y de empresas, principalmente de los centros especiales de empleo.
Pero los datos siguen mostrando una realidad que está lejos de ser positiva. En la actualidad hay más de 4 millones de personas con discapacidad en España, de las cuáles sólo el 25% está ocupado. Es decir, sólo 1 de cada 4 personas con discapacidad tiene un puesto de trabajo y el paro en este colectivo se sitúa en el 30%, frente a un 18,6% de la población general.
Por eso, desde ACS aseguran que quieren "dar la vuelta a esta realidad" a través de la inclusión de este colectivo y el desarrollo de programas de sensibilización social, porque el problema que estas personas afrontan "no es sólo superar su situación sino hacer frente a las barreras sociales".
Actualmente, 5.213 personas de este colectivo forman parte activa de la plantilla de su filial Clece, a fecha de marzo de 2017, lo que supone el 7,3% del total de empleados, una cifra muy superior a la media de las empresas españolas. Unos datos en los que el Centro Especial de Empleo del Grupo tiene un papel importante, ya que más del 86% de los empleados tienen alguna discapacidad.
Además de la integración laboral y dentro de la actividad de gestión de centros asistenciales para personas con discapacidad de titularidad pública, ACS, a través de Clece, desarrolla "iniciativas innovadoras y nuevas terapias" que, en muchos casos, van más allá del contrato suscrito con la administración adjudicataria. Técnicas que persiguen el tratamiento y sociabilización de las personas a las que se asiste mejorando su integración social, bienestar y calidad de vida. Terapias con animales, piragüismo terapéutico, talleres ocupacionales, jornadas de convivencia, etc.
Colectivos desfavorecidos
ACS también presta una especial atención por la mejora de la empleabilidad para favorecer el acceso al mercado laboral y el desarrollo profesional y personal de otros colectivos como son mujeres víctimas de violencia de género, personas en riesgo de exclusión social o jóvenes desempleados.
Hoy 1.906 trabajadores de la filial Clece provienen de estos colectivos. Un notable volumen resultado del esfuerzo que se realiza por su proceso de inclusión. “Brindando un empleo a estas personas les ofrecemos la mejor ayuda para mejorar su autonomía, especialmente, en el caso de mujeres víctimas de violencia de género, para quienes el trabajo se convierte en una herramienta que les permite recuperar la autoestima, autonomía e independencia y romper con la espiral de violencia, soledad y aislamiento en la que muchas mujeres se encuentran atrapadas”, señalan.