Los March, la adinerada familia mallorquina, está dando los últimos coletazos a una inversión de toda una vida. La que han mantenido en ACS durante dos décadas, desde que en 1997 se produjo la fusión de las empresas Ginés Navarro y OCP, y Florentino Pérez se puso al frente del nuevo grupo de construcción.
Durante todo este tiempo se convirtieron en el principal aliado de Pérez. Acudieron a todas las ampliaciones de ACS, apoyaron en 2003 la compra de Dragados y se convirtieron en 2008 -al final del boom inmobiliario- en máximos accionistas, llegando a ostentar casi el 25%. Pero, tras el fiasco de la operación de compra de Iberdrola en 2012, todo se vino abajo. Las desinversiones acometidas desde entonces han dejado la participación por debajo del 3%.
Ese año 2012, Corporación Financiera Alba -la empresa patrimonialista de los March- registraba unas pérdidas de 300 millones de euros por el impacto negativo de 480 millones relacionados con la participación de ACS en la empresa eléctrica.
Salida sin marcha atrás
A partir de ese momento, no hubo marcha atrás en la decisión de los March de salir definitivamente del capital de la constructora. Solo quedaba dosificar adecuadamente las ventas para obtener, con las puntuales subidas en bolsa de ACS, las mayorías plusvalías posibles, que sumarán cerca de 1.000 millones con la venta de todos los títulos.
Al bajar de este umbral del 3% la participación que ostenta los March en el grupo de construcción y servicios, a través de Corporación Financiera Alba (CFA), la familia mallorquina ya no está obligada a notificar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cualquier variación a la baja que se produzca.
Sin obligación de notificar más ventas a la CNMV
Por eso, habrá que esperar a comprobar los posibles movimientos accionariales que se produzcan cuando CFA presente los resultados trimestrales. De seguir la tendencia, es previsible que, a lo largo del pasado mes de abril, ese porcentaje del 3% haya quedado todavía más diezmado.
Las últimas desinversiones de los March en ACS se precipitaban entre 2016 y los tres primeros meses de 2017. El pasado ejercicio, Corporación Financiera Alba vendía un 4,17% de ACS por 375 millones de euros, y logrando unas plusvalías de 168 millones. Y ahondaba todavía más las desinversiones en el primer trimestre.
Primero, entre enero y febrero, se deshacía de varios paquetes, ingresando 217 millones por el 2,32% del capital. Y, a lo largo de marzo, acometía nuevas ventas, equivalentes al 2,2%, obteniendo igualmente en la operación más de 200 millones de euros. Los últimos 9 millones de títulos, representativos del último 2,992% de los March en ACS, cotizan actualmente en bolsa por 322 millones de euros, con lo que su venta, a los actuales, reportaría una última plusvalía de 150 millones.
Euskaltel, el único lunar en la inversión
Estas últimas desinversiones de los March en ACS se han producido en un trimestre especialmente activo en el resto de sus participaciones en empresas cotizadas. Corporación Financiera Alba vendía el 20% de Clínica Baviera con pérdidas netas cercanas a los 25 millones, tras aceptar la oferta de 34 millones realizada por el grupo Aier Eye, como paso previo al lanzamiento de la OPA anunciada por el el grupo chino por el 100% del capital de la cadena oftalmológica.
Al margen de ACS y Clínica Baviera, las otras siete empresas cotizadas en las que Corporación Financiera Alba participa han mejorado notablemente su comportamiento en bolsa, a excepción de Euskaltel. El 11% que ostentan los March en la operadora vasca tiene un valor en libros de 166,3 millones de euros, mientras que su valor en bolsa actual no llega a 148 millones.
En el resto de empresas cotizadas, la evolución bursátil ha mejorado sensiblemente. En algunos casos, como sucede con el casi 11,3% en Indra, las plusvalías latentes llegan al 21%, mientras que en Acerinox -convertida ahora en la principal inversión en bolsa de los March- esas plusvalías superan el 10%. En el caso del 10% de Ebro Foods, Alba también supera el 16% de potenciales ganancias.