Frente al triunfalismo del Gobierno británico de Theresa May, Bruselas repite sin cesar que el brexit no será indoloro. Y el centro financiero de la City de Londres se perfila ya como uno de los principales perjudicados por la salida de Reino Unido de la UE.
La Comisión Europea ha planteado este jueves forzar el traslado al continente del multimillonario negocio de los derivados financieros del euro. Una medida que provocará importantes pérdidas a la City, ya que en la actualidad el 75% de estas operaciones se realizan en Londres.
El argumento que esgrime Bruselas es su obligación de salvaguardar la estabilidad financiera en la eurozona tras el brexit. Para ello, necesita arrebatar a Londres la supervisión de estas transacciones. La falta de transparencia en el sector de los derivados fue uno de los factores que contribuyó a agravar la crisis financiera de 2008.
Como respuesta, la UE reforzó los controles sobre las cámaras de compensación y liquidación, las entidades privadas que ejercen de intermediarias en la compraventa de derivados y se encargan de gestionar los riesgos si alguna de las partes incumple sus obligaciones de pago.
El brexit cambia la situación
En la actualidad hay 17 cámaras de compensación europeas autorizadas y otras 28 extranjeras reconocidas en la UE. Las más importantes -como LCH, que depende de la bolsa de Londres y liquida diariamente operaciones por valor de 850.000 millones en euros, según el FT- tienen su sede en la City. Para Bruselas, la mejor manera de garantizar su control es obligarlas a domiciliarse en territorio comunitario.
El Banco Central Europeo (BCE) ya intentó una operación similar hace unos años. Pero Reino Unido recurrió ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo -de cuya jurisdicción quiera ahora librarse- y éste le dio la razón y frenó el traslado a la eurozona de estos intermediarios.
"El brexit cambia la situación. La mayoría de los derivados se liquidan en Reino Unido. Por eso tenemos que evaluar las consecuencias (de su salida) para la estabilidad financiera", ha dicho este jueves el vicepresidente de la Comisión responsable de servicios financieros, el conservador letón Valdis Dombrovskis.
La Comisión maneja ahora dos alternativas: o bien otorgar nuevos poderes a los supervisores de la UE para que puedan ejercer un control extraterritorial de las cámaras de compensación con sede en Londres; o "pedir que se ubiquen en la UE", al menos aquellas que tienen una "importancia sistémica" para el euro, ha explicado Dombrovskis.
Bruselas todavía no ha tomado una decisión final. Primero realizará un análisis de impacto y consultará con todos los afectados. Y en junio presentará su propuesta. Pero a la City de Londres le quedan pocas opciones. O acepta la supervisión directa de la UE incluso tras el brexit o perderá el lucrativo negocio de los derivados en euros.
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