Uber pasa al ataque. Primero se reconvirtió al negocio de conductores con licencia. Y un año después de arrancar su servicio en la capital madrileña, reclama a la administración una desregulación total de este sector. Lo hace en plena guerra con el taxi, con el ambiente más caliente que nunca y con un aluvión incesante de permisos de vehículos que llegan a través de sentencias judiciales por un vacío legal. Un torrente de licencias que, además, está generando una desregulación ‘de facto’, pues la limitación de 1 permiso por cada 30 taxis saltó por los aires hace mucho tiempo en las grandes ciudades.
La compañía esgrime como argumento un estudio elaborado 'ad-hoc' por una consultora externa que dibuja el escenario ideal que, según ellos, implicaría el derribo completo de todas las limitaciones actuales en este sector. Y tiene tres grandes cambios.
El primero de esos cambios lo localizan en el empleo: 70.000 nuevos puestos de trabajo, sin precisar si habrá una destrucción en el sector del taxi. El segundo, en el precio: la reducción de las tarifas en un 35% tanto entre compañías como ellos y Cabify como en el taxi, gracias a una mayor competencia. Y tercera: el recorte del valor de licencias del taxi por las que, en los últimos años, se han llegado a pagar hasta 200.000 euros ante lo que reconoce la necesidad de compensaciones.
Un escenario ‘idealizado’
Para que este escenario se consolide, hay un factor determinante que la compañía y la consultora Analistas Financieros (AFI) dan por hecho: un derribo de la limitación en las licencias de VTC implicaría un crecimiento importante del mercado que compensaría esa rebaja de precios. En concreto, entiende que el 25% de los trayectos que hoy se llevan a cabo por parte de los particulares en sus propios coches en ciudades como Madrid y Barcelona se cubrirían con compañías como la propia Uber o Cabify o, incluso, con el propio taxi.
Para que ese escenario se cumpla deben cumplirse, según la compañía, dos condiciones. Una es la concesión sin límites de licencias (la administración no concede permisos desde diciembre de 2015, al margen de todas las que se están otorgando vía judicial). La otra es introducir la posibilidad en la normativa (hoy es ilegal) de compartir trayectos tanto en los taxis como en las VTC. Es lo que se conoce como ‘carpooling’ y está presente en otros mercados europeos. Estas, junto a otras medidas adicionales para restringir el uso de vehículo privado (prohibición de tráfico a ciertas horas, cierres parciales…), contribuirían a construir ese marco ideal.
Reducción de las tarifas un 35%
Con todas esas condiciones, la compañía ha elaborado un estudio en el que plantea como una de las grandes consecuencias el fuerte recorte de tarifas y precios en el sector. En un primer momento sería del 35% tanto para taxis como para VTC. En caso de utilizar el llamado ‘carpooling’, la reducción podría ser de hasta el 50%.
¿Cuál sería la cifra de la reducción en el sector del taxi? “El precio del servicio del taxi es 4,9 euros de media superior a lo que debería ser si no hubiese limitación en las licencias”, aseguraba en un encuentro con medios el responsable de Uber para el Sur de Europa, Carles Lloret. “Los propietarios de las licencias generan una plusvalía extraordinaria por el monopolio que disfrutan de 20.537 euros al año”.
¿Cómo lo calculan? Han dividido toda la facturación del sector por los costes de producción del servicio del taxi. “La diferencia entre el precio pagado y el coste provoca que una porción del precio se dirija a remunerar al propietario de la licencia, que disfruta de una renta monopolística derivada de la distorsión artificial sobre el tamaño del mercado”, apunta.
Colocan como base los salarios medios de los conductores, según el INE, y a partir de ahí suman costes de producción. La diferencia de esa cifra con la facturación total del sector es de 4,9 euros por trayecto, que es lo que el estudio coloca como "renta monopolística".
Aunque el grueso del ajuste lo vivirán los taxistas, según el escenario que dibuja este estudio, el recorte también se dará entre las VTC. En concreto, según Lloret, un conductor autónomo en Uber en Madrid está cobrando un salario bruto de entre 3.000 y 4.000 euros al mes, lo que supone entre 1.500 y 1.600 euros netos. Sí estiman que la retribución media se mantendrá en esos 1.300 y 1.400 euros mensuales
¿Y el empleo?
Ese ajuste en las tarifas por parte de los taxistas (y también de las VTC), debido a una mayor competencia entre servicios que las empujará a la baja, implicará una reducción de los ingresos por parte de los tenedores de licencias del taxi. Existe un claro temor ante una destrucción importante de empleo en este sector.
Pero no sería el único temor lógico. El otro tiene que ver con la calidad de ese empleo y su remuneración. Desde la empresa aseguran que en el estudio, basado en 1.200 encuestas elaboradas por AFI, se concluye que las reducciones de los precios “son compatibles con el mantenimiento de la retribución media actual” del sector del transporte.
Desde Uber argumentan que no va a ser así. Incluso defienden que se crearán 70.000 nuevos empleos, que se añadirían a los existentes en el sector del taxi y VTC. Se trataría de empleados que darían respuesta al incremento de demanda en el que la empresa confía plenamente.
Licencias con un valor a la baja
Otra de las grandes consecuencias que va a vivir el mercado es la devaluación de las licencias del taxi, que se han llegado a cotizar por encima de los 200.000 euros en el mercado secundario. Uber estima que el recorte en el valor sería de en torno al 50%. ¿Qué hacer con los que compraron ese permiso con un fuerte esfuerzo económico? “Harán falta más conductores que generarán 180 millones en impuestos adicionales (IVA, Sociedades….) con los que se podría paliar”, apunta Lloret, quien defiende que habría que estudiar “caso por caso”.
Las distintas asociaciones del taxi ya han reclamado compensaciones por lo que ellos entienden como inversiones “inducidas” por los poderes públicos. “Si ahora se considerase que las licencias no son imprescindibles, se estará causando un daño a quien ha tenido que hacer frente a las mismas y se le colocaría en una situación de desequilibrio respecto a los nuevos entrantes en el mercado”, aseguraba Fedetaxi.
¿Por qué una desregulación “urgente” ahora?
Este estudio llega en plena desregulación ‘de facto’ debido a que los juzgados están fallando a favor de conceder licencias de VTC a demandantes tras el vacío legal causado por la ley ‘ómnibus’ aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Esa es una de las razones por las que, según ellos, salen a escena a reclamar una desregulación legal “urgente” más allá a través de la legislación de transporte. “En los próximos meses llegarán más licencias al mercado y no creemos que sea bueno que ocurra lo que ha ocurrido en otros lugares donde el cambio normativo ha sido tan brusco que se ha creado una animadversión del sector del taxi y la fricción ha continuado en el tiempo”, apunta Lloret.
En este contexto, el propio Lloret reconoce que se está creando una “burbuja de licencias VTC”, con precios en el mercado secundario que no dejan de subir y que en los últimos meses han llegado a superar la barrera de los 60.000 euros.
Una de las dudas que despierta el escenario hoy, con decenas de licencias llegando al mercado por vía judicial, tiene que ver con el reparto de esos permisos. ¿Cuántos de estos van a parar a las manos de colaboradores de estas nuevas compañías como Uber o Cabify? “Creemos que a medio plazo, un porcentaje altísimo de esas licencias llegarán a este nuevo mercado de operadores, aunque no hay forma de estimarlo en cifras”, admite su responsable en España.
¿Más competidores?
Otro de los factores preocupantes de este nuevo escenario tiene que ver con la competencia en el futuro. Hoy por hoy el sector de operadores alternativos al taxi en la VTC está copado por dos grandes actores: Cabify y Uber. Son los que controlan la práctica totalidad del mercado. En caso de que las VTC crezcan de manera decisiva, ¿no implicaría la creación de un oligopolio? “Si se liberalizan llegarán por lo menos otros cuatro competidores más”, explica.
Sin embargo, la realidad es que en territorios con un mercado mucho más maduro que el español, el negocio se ha repartido principalmente entre un puñado muy escaso de operadores. Está el caso paradigmático de Estados Unidos, donde dos grandes -Uber y Lyft- controlan una buena parte del pastel.
Primeros contactos
Con estas cifras sobre la mesa, la compañía iniciaría sus trabajos de ‘lobby’ con la administración pública. Mantendrán contactos a todos los niveles: ministerio y comunidades autónomas. El objetivo es conseguir que se acelere esta desregulación. Enfrente tendrán la oposición clara de un sector del taxi que le ha declarado la guerra.