Seis años de trayectoria han bastado para que Forestalia marque la pauta en el sector renovable español. Esta semana ha ganado 1.200 megavatios de nueva potencia eólica, casi la mitad del total que el Gobierno sacó a subasta para avanzar en el cumplimiento de los objetivos comunitarios en esta materia para el año 2020.
La empresa aragonesa que lidera Fernando Samper, un empresario que decidió dejar la empresa cárnica familiar -el grupo Jorge- para apostar por las renovables, se adjudicó, en 2016, 300 MW eólicos y 100 MW en biomasa en la subasta que puso fin a la ‘moratoria verde’ decretada en 2012. La empresa aragonesa repitió su apuesta esta semana y ofertó con el descuento máximo permitido.
Su estrategia ha levantado ampollas entre propios y ajenos en el sector eléctrico, pero ellos defienden que responde a un cambio en el paradigma de la generación de energías renovables y muestra la confianza plena en que el sector ha madurado y que, al reducirse los costes, es posible sacar adelante los proyectos sin ayudas oficiales y que sean rentables.
Así lo defiende su consejero delegado, Fernando Muñoz, que en conversación con EL ESPAÑOL detalla el escenario que afronta ahora la empresa teniendo que sacar adelante los proyectos de ambos concursos. Pese al desafío, se muestran confiados porque las renovables ya no son sólo una postura medioambiental, son, bajo su óptica, un negocio atractivo y con potencial.
Además, defiende que Aragón, región en la que se ubican todos sus proyectos, es ideal para la puesta en marcha de estos parques eólicos, no sólo por sus características geográficas, sino porque el propio Gobierno los apoya reduciendo los plazos de tramitación que requieren las distintas etapas. “En un sitio con viento, es posible producir sin primas y con rentabilidad”, asegura al tiempo que recuerda que en los años anteriores, a la hora de poner aerogeneradores, quizá “pesaban más las primas que en el recurso” y no se ponían en zonas de viento. “Esta es la clave del cambio, ya no vale cualquier sitio, hay que ir a sitios con viento”, ya que en función de eso variará la rentabilidad del negocio, subraya Muñoz.
Esta semana se han adjudicado un buen pellizco de la nueva potencia que subastaba el Gobierno, ¿cómo valoran la situación?
Estamos muy satisfechos. Esta subasta ha convalidado lo que nosotros vimos el año pasado, cuando se subataron 700 MW en eólica y biomasa, que el mundo de las renovables ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Desde la moratoria de 2012, prácticamente no ha habido movimiento en el sector, pero en esos cuatro años el desarrollo de las tecnologías renovables evolucionó muchísimo y, sobre todo, cayeron los costes. Esa fue la razón que nos hizo ir a la subasta de 2016 sin primas, porque nosotros creemos en este negocio sin ayudas (del Gobierno).
"Nuestra visión del negocio ha sido convalidada por otros grandes agentes del sector"
Hemos ganado lo que queríamos ganar y tenemos los proyectos en marcha desde hace tiempo. Estamos satisfechos porque nuestra visión del negocio ha sido convalidada por otros grandes agentes del sector que han acudido en las mismas condiciones.
Precisamente, se ha criticado esta postura de ir a las pujas con el máximo descuento porque, sin recibir ayudas, se pone en riesgo la realización de los proyectos, ¿qué opinan al respecto?
Fuimos pioneros al anticipar algo que, año y medio después, se ha confirmado en esta subasta. Que se pueden hacer los proyectos sin primas, algo que impactará positivamente sobre los ciudadanos ya que costará menos generar energía en España.
Desde el punto de vista de la estrategia, las críticas son inabordables. Grandes empresas, como Endesa, Gas Natural Fenosa o Gamesa, han ido en las mismas condiciones. La gran crítica que se nos ha hecho en el último año es que no se podían hacer los proyectos sin primas. Pues sí, sí se puede y no solo lo dice Forestalia, lo dicen también las grandes eléctricas.
¿Y los que ponen en duda vuestro músculo financiero?
En este sentido, lo primero que te puedo decir es que el crecimiento que viene para el sector de las renovables es enorme. Es mucho mayor de lo previsto como consecuencia de esta bajada en los costes. Estos significa que los bancos, que para la anterior subasta no estaban listos, se han preparado y tienen delante una inmensa tarta en la que participar.
Para la financiación de nuestros proyectos hay que tener en cuenta tres aristas. La primera, la financiera, son los compromisos que ya tenemos para financiar la capacidad que ganamos en el concurso de 2016. Llevamos tiempo hablando con varios bancos. En la parte tecnológica, nos apoyamos en el acuerdo con General Electric. Y, por último, la inversión. Hay muchísimos fondos interesados en un sector súper emergente, porque ya no es que sean medioambientalmente buenas o nacionales, es que son baratas. Esto llama la atención para entrar en el capital. Nosotros tenemos muchísimos interesados y con algunos ya tenemos contratos para la entrada en el capital, pero son confidenciales todavía.
Las bases del concurso imponían avales muy altos para asegurar el cumplimiento de los plazos. ¿Estáis preparados para llegar a 2019?
Ha habido dos elementos disuasorios para algunos otros proyectos que están y que no han ido a la subasta. Primero, las garantías, que han triplicado a las impuestas en 2016. Esto es algo que para una empresa media como nosotros supone un gran esfuerzo. Segundo, el plazo de ejecución, que paradójicamente acaba antes que el de la subasta anterior. Esto hace que si no tienes los proyectos encaminados, estés fastidiado.
En Forestalia no sólo tenemos los proyectos preparados con mucho tiempo, sino que tenemos 2.000 MW en conexiones eléctricas, que es la ‘primera piedra’ cuando se inicia un proyecto, avalada y concedida. Es mucho más de lo que tenemos ahora mismo en marcha.
Pero además, nuestra estrategia se apoya en la política del Gobierno de Aragón, que otorga la consideración de interés autonómico a los proyectos que han salido ganadores en la subasta, algo que se traduce en una enorme reducción en los plazos para la tramitación de los proyectos. La tramitación de una autorización ambiental, que puede llevar hasta 10 meses, se reduce a la mitad. Esto es algo que favorece mucho el desarrollo de estos proyectos.
Con esta última adjudicación os situáis como la quinta empresa por potencia, por detrás de Iberdrola, Acciona, EDPR y Enel. ¿Cuál es vuestra hoja de ruta hacia futuro?
En el horizonte a 2020, queremos desarrollar toda la potencia que tenemos en España, tanto en eólico como en biomasa. Nos vamos a centrar en acabar estos proyectos, cumplir los plazos de ambos concursos y estaremos abiertos a oportunidades, la anticipación siempre es el hilo conductor de nuestra empresa. En biomasa tenemos proyectos con una inversión por 200 millones de euros, en León y en Huesca. En eólica, para esta última adjudicación la inversión será de alrededor de 1.200 millones de euros.
Fuera de España, tenemos un pie puesto en Francia, en la zona de Marsella, y en Cerdeña (Italia) donde producimos cultivos energéticos para suministrar biomasa a otras grandes compañías eléctricas.
¿Y cómo van los proyectos que corresponden a la subasta de 2016?
Lo tenemos muy encaminado. El acuerdo con General Electric es integral, así que es también nuestro socio tecnológico para esto. Los acuerdos de financiación están prácticamente cerrados y también tenemos cerrada la entrada de capital.
¿España va por el buen camino para lograr la descarbonización o se necesita más impulso?
La moratoria de 2012 ralentizó el cumplimiento de los objetivos del Gobierno para 2020. Ahora mismo, considero que sí se alcanzarán los compromisos para ese horizonte.
En esta subasta se han priorizado, por decirlo así, aquellas tecnologías que producen más. Con un megavatio fotovoltaico al año se producen 2.000 MW/h de energía; con uno eólico, produces 3.500 MW/h. Aunque el coste para el sistema es el mismo, cero en este caso, desde el punto de vista de producción y de posibilidad de alcanzar los objetivos para 2020, la eólica produce más energía, que es lo que computa, no la potencia. Eso no quita que la fotovoltaica tenga en el futuro un desarrollo fabuloso en España.
El sector fotovoltaico ha mostrado su descontento por el resultado de la subasta al considerarse "discriminado"...
El Gobierno es el que tiene la potestad, nadie puede decir nada más al respecto. Otra cosa es que todos los españoles podamos aprovechar el potencial que tiene la energía fotovoltaica, algo que sin duda, se va a producir. Hoy en día, la potencia instalada eólica es mucho mayor que la fotovoltaica, además, con un 50% más de producción. Pero calculo que en un horizonte de 15 años habrá tenido un enorme desarrollo y, a la larga, creo que tendrá tiempo de desarrollarse -en valor absoluto- más que la eólica.
Por otro lado, el Gobierno es consciente de que hay muchos proyectos en marcha, la demanda ha triplicado la oferta para esta última subasta, por lo que creo que algo hará para dar salida a este potencial productivo barato que hay en España.