Por Jesús Aguado y Angus Berwick
El valor de la acción de Popular ha caído casi un 40 por ciento en los últimos tres días por las dudas de si encontrará un comprador o podrá llevar a cabo una multimillonaria ampliación de capital para fijar su balance, sobre el que pesan 37.000 millones de euros de activos no productivos mayoritariamente asociados al ladrillo.
Reuters informó a principios de esta semana de que uno de los organismos de supervisión bancaria europea había advertido a las autoridades comunitarias de que Popular podría necesitar una resolución ordenada si no encuentra comprador, según un alto cargo de la UE.
"Banco Popular sigue siendo solvente y tiene patrimonio positivo", dijo Saracho, exvicepresidente de JPMorgan, en una carta publicada en Expansión el sábado en la que reconocía la "difícil situación" del banco y cuyo contenido fue leído a Reuters por un portavoz de Popular.
Saracho se reunirá con responsables del BCE el martes, dijo una fuente con conocimiento de la reunión a Reuters, añadiendo que se cerró "hace algún tiempo" y que entraba parte de los encuentros rutinarios de supervisión del BCE.
Popular y el BCE declinaron hacer comentarios sobre la reunión.
Saracho, que asumió el cargo en febrero dentro de un cambio de liderazgo de la entidad, dijo en su carta que Popular continuaría buscando una ampliación de capital o un comprador para hacer frente a su abultada cartera de activos no productivos, la cifra más alta entre los bancos españoles.
"Nuestros clientes y nuestros accionistas son lo más importante para nosotros; por esta razón debemos transmitirles un mensaje de tranquilidad y confianza en que estamos haciendo los máximos esfuerzos para superar esta situación", dijo en la carta.
El Gobierno español dijo el viernes que no estaba preocupado por Popular y que esperaría a ver el resultado del proceso de venta, que según el banco podría extenderse más allá del plazo del 10 de junio que estableció para recibir ofertas.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha dicho que no prevé que vaya a haber un rescate del Estado y señaló que los actuales niveles de capital de Popular estaban aún por encima de los requisitos regulatorios del Banco Central Europeo.
El principal banco del país, Santander, y la seminacionalizada Bankia son vistos como posibles compradores de Popular, mientras que una ampliación de capital - que según analistas requeriría recaudar al menos 3.000 millones de euros - afronta resistencia de los accionistas, que temen una mayor dilución de la acción.
Las acciones de Popular han caído un 75 por ciento en el último año, lo que lo convierte en el peor valor del índice bancario europeo STOXX. El derrumbe de esta semana lo convierten en la compañía más pequeña por valor del selectivo Ibex.