Detrás de cada empresa hay una idea, un proyecto que materializar y que persigue una meta y un beneficio. Pero para ponerlo en marcha y sostenerlo en el tiempo hace falta esfuerzo y, sobre todo, financiación. ¿Dónde van los emprendedores y pequeños empresarios cuando necesitan dinero? Normalmente, como pasa en el resto de Europa, se acude a los bancos. Pero este endeudamiento se convierte en un arma de doble filo y puede truncar su trayectoria si el viento cambia de dirección.