El fondo británico Oceanwood, que maneja sus inversiones desde algunos paraísos fiscales como las Islas Caimán, ha sido protagonista en el último año y medio de las dos grandes crisis financieras que han afectado a entidades bancarias españolas.
Su impronta, aunque con estrategias completamente dispares, no ha pasado desapercibida ni en la liquidación del Banco Popular ni en la debacle bursátil de Liberbank acaecida entre el 29 de mayo y el 9 de junio, un periodo en el que esta entidad perdió el 50% de su valor.
En ambos casos, una coincidencia, la decisión de Oceanwood de iniciar la inversión durante el último trimestre de 2015. En el Banco Popular, lo hizo de manera exclusiva a través de posiciones cortas donde, tres semanas antes de que la entidad fuera vendida al Banco Santander por un euro, acreditaba el 1,12% del banco que presidía Emilio Saracho.
Últimas posiciones cortas en el Popular
Al final, se quedó ‘colgado’ con el 0,82% que reconocía una semana antes de la venta del Popular, como queda reflejado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). No obstante, es previsible que, en esos últimos días antes de la venta al Banco Santander, el fondo británico prácticamente deshiciera todas estas posiciones cortas, obteniendo las últimas plusvalías.
Nada que ver con la estrategia que Oceanwood -la firma inversora fundada en 2006 por Christopher Gate, un exgestor de Goldman Sachs que había participado en el comité de quiebra de Lehman Brothers- sigue en Liberbank. Mucho más ambiciosa y sin tapujos.
La sombra permanente de una OPA sobre Liberbank
A la vista de sus movimientos, el camino elegido para ganar dinero con esta inversión pasa por reforzarse con vistas a que, más pronto que tarde, pueda lanzarse una OPA sobre la entidad que dirige, como consejero delegado, Manuel Menéndez. Una opción sobre la que se lleva tiempo especulando en el mercado ante sus dificultades para aumentar la rentabilidad a largo plazo, en buena parte debido el cóctel negativo que forman su abultada cartera de activos improductivos y su baja ratio de capital.
Incluso en el caso de que, como suelen hacer estos fondos, Oceanwood hubiera estado actuando a corto durante esta crisis bursátil, lo hubiera hecho de manera muy testimonial. Ni este fondo ni ningún otro figuran como ‘cortistas’ de Liberbank en la CNMV al no acreditar al menos un 0,5% del capital.
Lejos de limitarse, como en el Banco Popular, a a hacer caja con rápidas minusvalías a través del préstamo de títulos, el fondo británico -a través de varios vehículos radicados en las Islas Caimán- acaba de superar el 12% del capital en Liberbank. Muy lejos todavía del 44,8% que mantiene la Fundación Caja Asturias, pero muy por encima ya de las dos otras entidades que forman el núcleo de esta entidad, como son las fundaciones de las antiguas Caja Extremadura y Caja Cantabria, que mantienen en 9% y el 6,4%, respectivamente.
Sin mover un dedo durante la crisis bursátil
Y este refuerzo de su posición en Liberbank lo ha hecho Oceanwood sin haber movido un dedo en esas ‘10 sesiones negras’ en las que la entidad controlada por la Fundación Caja Asturias veía caer su capitalización bursátil un 50%.
Este lunes, la tendencia parecía cambiarse tras la decisión de la CNMV de prohibir las posiciones cortas durante un mes, cuando la acción se revalorizaba un 41% y volvía a rozar el euro de valor. Puro espejismo: este martes, nuevo batacazo. De casi el 14%, motivado por las ventas masivas que los accionistas minoritarios siguen llevando a cabo por el miedo ante lo sucedido hace una semana con el Banco Popular.
Además de esta sensación de pánico a perderlo todo, el nuevo desplome viene a dar la razón a algunos analistas, que piensan que atajar los cortos no evita las ventas de bonos cuyo valor, en el caso de Liberbank, se ha desplomado más de un 20% desde que hace una semana se decidió liquidar el Banco Popular.
Capital casi duplicado en año y medio
Desde que, en diciembre de 2015, Oceanwood Capital, la matriz londinense de la gestora comunicara a la CNMV que controlaba indirectamente casi 50 millones de acciones de Liberbank (equivalente al 1,83% del capital) y de que contaba con derivados por otros casi 138 millones de acciones -hasta sumar un potencial 6,9%-, los movimientos del fondo británico fueron aumentando progresivamente, tanto en las acciones amasadas como en los instrumentos financieros.
Así, casi un año después, en noviembre de 2016, el capital conjunto de Oceanwood en Liberbank ya rozaba el 10,3%, con el 3,56% de acciones indirectas a través de los fondos de la las Islas Caimán, y el 6,7% restante en instrumentos financieros también en manos de estos vehículos radicados en este paraíso fiscal.
La última vuelta de tuerca, para reforzarse en el banco español, la daba Oceanwood el pasado viernes 9 de junio -el día que la entidad perdía otro 18% adicional- al acreditar que, con las nuevas acciones compradas, contaba ya con el 7,1% del capital de Liberbank y mantenía casi 5% en derivados financieros, hasta superar en conjunto el 12% que le acredita como segundo máximo accionista.