La compañía española de gafas de sol Hawkers cerró el ejercicio 2015 con algo más de 25 millones de euros de ingresos netos a través de las cuatro sociedades con las que operaba en España en aquellas fechas. Representa el doble de lo logrado en el ejercicio anterior. La empresa se plantea ahora acudir de nuevo al mercado de inversión para cerrar una nueva ronda de financiación tras los 50 millones de euros aportados por el ‘bolichico’ venezolano Alejandro Betancourt.
Es ahora cuando la empresa ha rendido cuentas respecto a ese ejercicio 2015 ante el Registro Mercantil con sus cuatro sociedades con las que, en aquellas fechas, operaba: Play Hawkers, la más importante, las dos marcas de gafas añadidas a la original, Miss Hampton y Northweek, y Saldum Ventures, la firma de la que cuelgan todas.
En ese año 2015, Play Hawkers elevó de 6,1 a 21,5 millones de euros su facturación neta (y colocó su beneficio neto por encima de la barrera del millón de euros). Northweek, otra de las marcas, la duplicó hasta rozar los 3 millones. Miss Hampton, que acababa de arrancar su trayectoria, se quedó por debajo del medio millón.
Es llamativo el cambio de Saldum Ventures, la sociedad de la que cuelgan todas las demás pero que no consolida sus cuentas. Esta compañía pasó de ingresar 5,3 millones de euros a algo menos de 800.000. Según explica a EL ESPAÑOL, Hugo Arévalo, fundador de Tuenti y socio de la compañía, la razón hay que encontrarla en diversos ajustes contables.
En total, las ventas de las cuatro filiales con las que operaba en ese ejercicio -después ha sumado otras tres más- han pasado de 13,1 millones de euros a 25,7 millones, de acuerdo con los datos disponibles en sus cuentas presentadas en el Registro.
En el caso de Play Hawkers, la mitad de sus ventas se concentraron en España (11,8 millones de euros), mientras que 7 millones procedieron del resto de Europa y 2,5 millones de fuera de las fronteras del continente.
Una incógnita el negocio total
Estas son las cuentas del ejercicio 2015. Aún no ha presentado las del ejercicio 2016. Y en ese habrá una mayor complicación, pues durante ese año abrieron la mayoría de las filiales con las que operan en países como Reino Unido, parte de Latinoamérica o Australia (la filial con la que cuenta en Hong-Kong fue abierta a mediados de 2015, mientras que la marca Hawkers INC, con sede en el estado norteamericano de Delaware, se abrió a finales de año).
Es, por tanto, imposible de comprobar el negocio completo de la empresa. La sociedad asegura que en 2016 cerraron con unos ingresos totales que superaron la barrera de los 60 millones de euros.
105.000 euros a Hacienda
A cierre del ejercicio 2015, la empresa Play Hawkers SL tenía abiertos a inspección los ejercicios 2013 y 2014, para el Impuesto de Sociedades y el resto de tributos. Al margen de ello, la española se puso la venda antes de recibir un golpe de Hacienda. Decidió pagar 105.000 euros más a la Agencia Tributaria. ¿La razón? “Se ha detectado un error en la elaboración del Impuesto de Sociedades del ejercicio 2014”, aseguran en la memoria.
En concreto, hay ciertas dudas sobre si cumplía con los requisitos para acceder a las bonificaciones fiscales para entidades de nueva creación. “Según una interpretación prudente de la ley, dicha bonificación podría no ser aplicable en el caso de que la sociedad forme parte de un grupo de sociedades”, aseguran.
¿Más madera?
Al margen de las cuentas, la compañía analiza en su estrategia la posibilidad de acudir de nuevo al mercado para captar más financiación. Arévalo insiste en que hay dinero suficiente en la caja, pero estratégicamente están analizando si abrir una ronda mucho más grande que la anterior -de 50 millones de euros- con inversores de capital riesgo internacionales o algún socio industrial.
Hasta ahora la mayor inversión recibida la aportó el empresario venezolano, Alejandro Betancourt, junto con otros dos inversores: el propio Hugo Arévalo y Félix Ruiz, hoy presidente de Jobandtalent.
Betancourt, junto a su primo Pedro Trebbau López, forman un grupo de jóvenes empresarios venezolanos que hicieron fortuna hace varios años en el país latinoamericano gracias a varios contratos importantes del Estado. Son conocidos popularmente los ‘bolichicos’ y han estado en la picota judicial: la Justicia de Estados Unidos les ha seguido la pista en un caso de posibles violaciones a las leyes bancarias del estado y el pago de sobornos. Un tribunal estadounidense desestimó estas acusaciones.