Saeta Yield, la energética participada por ACS y el fondo GIP, afirma tener oportunidades de crecimiento “claras y alcanzables”, así como liquidez para aprovecharlas. Así lo ha explicado este miércoles el presidente de la compañía, José Luis Martínez Dalmau, que ha defendido el modelo de negocio que desarrollan y que fomenta la “rentabilidad sostenible para sus accionistas” a largo plazo.
“Disponemos de liquidez y fuentes de financiación para invertir cerca de 250 millones de euros”, ha asegurado Dalmau, en la junta de accionistas celebrada en Madrid. Según el presidente de Saeta Yield, en un año tienen previsto que el 40% de los ingresos de la firma provengan de los activos en el extranjero, frente al 10% actual. El objetivo es diversificar sus actividades internacionalmente, indicó el presidente.
El pasado mes de mayo la compañía inició su expansión internacional con la adquisición de los parques eólicos Carapé I y II en Uruguay, por alrededor de 65 millones de dólares. Esta operación fue, además,l la primera compra de activos de terceros que realizaba Saeta. El objetivo de la energética es seguir con nuevas compras de activos en otros países como Portugal, México y Uruguay, mercados en los que tiene preferencia a través de un acuerdo de derecho de primera oferta con ACS y Bow Power. Aun así, tampoco descarta adquirir activos de terceros.
Rentabilidad y crecimiento sólido
Saeta “está desarrollando su plan empresarial de forma sólida y solvente. Nuestro objetivo desde el comienzo de nuestra andadura ha sido maximizar el retorno total de nuestros accionistas en base a dos pilares estratégicos muy claros”, ha dicho Dalmau.
Uno de esos pilares es el compromiso de una gestión “excelente” del portfolio para que con una generación de caja “estable y predecible” se de sustento a “una importante rentabilidad por dividendo”. La rentabilidad promedio de la compañía en la Bolsa española ha sido de 8,6% en el último año, ha subrayado el presidente de la firma. “Si a los dividendos abonados le añadimos la revalorización en Bolsa, el retorno total en los últimos doce meses se sitúa cerca de un 27%”, agregó.
El segundo pilar es el crecimiento de la base de activos de forma sostenible, para lo cual Saeta se apoya en el acuerdo preferencia con ACS y Bow Power, además de buscar oportunidades de compra a terceros. “Guiados por nuestra política de inversión centrada en la disciplina financiera, hemos invertido cerca de 725 millones de euros de valor empresaria en los últimos meses en la adquisición de excelentes activos energéticos”, ha asegurado Dalmau.
Esa cifra se corresponde con las dos adquisiciones de plantas termosolares que Saeta realizó en 2016 y 2017: Extesol 1 y 2 en España y los campos eólicos Carapé I y II en Uruguay. Estas operaciones supusieron desembolsos por 180 millones de euros en su conjunto, además de asumir la deuda total de 545 millones vinculada a ambos proyectos.
Hacia futuro, la firma pretende continuar con su diversificación internacional con una meta a medio plazo: generar flujos de caja de forma balanceada en España y en el extranjero, “distribuyendo nuestros activos entre varias tecnologías renovables en países estables y en moneda fuerte”, ha destacado.
Con el portafolio de activos actuales, la compañía prevé un EBITDA recurrente para el periodo 2017-2021 que se sitúe en 230 millones de euros al año, un 48% mayor de las previsiones en el momento de salida a Bolsa. Saeta Yield dispone de unos activos capaces de generar al año 73,1 millones de euros de flujo de caja distribuible recurrente, una cifra un 16% superior de la inicial en la salida a Bolsa.
En el primer trimestre, la filial de ACS registró un beneficio neto de 1,3 millones de euros, con ingresos de explotación un 42,1% mayores que el año anterior (70,2 millones) y un beneficio de explotación de 43,1 millones (40,2% más).