El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, asesoró al Banco Popular en su polémica ampliación de capital de mayo de 2016. Lo hizo a través del despacho jurídico Linklaters del que era socio senior hasta su nombramiento en el órgano supervisor el 1 de diciembre de 2016. Por esta razón, Albella ha tenido que inhibirse "en todos y cada uno de los acuerdos y resoluciones adoptados por la CNMV sobre el Banco Popular" desde que preside la institución.
"No he participado en la adopción de ninguna decisión del Consejo de la CNMV ni he intervenido en ningún procedimiento administrativo que haya afectado al Banco Popular", afirma en una nota en la que responde a una consulta de EL ESPAÑOL sobre sus eventuales conflictos de intereses.
El máximo responsable del organismo supervisor de los mercados añade, sin embargo, que "creo que lo anterior es perfectamente compatible con haber prestado junto con el resto de miembros del Consejo y directivos de la CNMV la máxima atención al caso y con haber colaborado en su seguimiento, contribuyendo a que los criterios aplicados hayan sido en todo momento los más apropiados".
Ampliación de capital cuestionada por accionistas
Albella asegura que su colaboración en la ampliación de capital del Popular fue "puntual" y consistió en asistir a una reunión del consejo del banco en la que se trató la operación "para explicar el régimen legal de responsabilidad de los consejeros". Esta ampliación de capital ha sido cuestionada por algunos accionistas del banco que acudieron a la misma y que ahora han perdido toda su inversión después de que el Banco Popular fuera vendido el 7 de junio pasado por 1 euro al Banco Santander tras el achatarramiento de sus acciones y de parte de su deuda.
El presidente de la CNMV ha negado, sin embargo, que participara en el llamado proyecto "Sunrise", que consistía en la segregación de activos inmobiliarios del Popular. El despacho Linklaters sí intervino en "Sunrise" en relación con la financiación.
"Interpretación especialmente rigurosa"
En su nota dirigida a este diario afirma que "la ley establece que las autoridades y funcionarios deben abstenerse de intervenir en los procedimientos administrativos en los que tengan intereses personales. Entre otros casos, la ley indica que se consideran intereses personales a estos efectos los de personas jurídicas con los que el interesado 'haya estado vinculado por una relación laboral o profesional de cualquier tipo en los dos años anteriores'".
"Haciendo -continúa Albella- una interpretación especialmente rigurosa de este precepto legal (pues cabría sostener que la relación profesional era del despacho y no mía), he seguido el criterio de inhibirme en relación con todos los asuntos que afecten a los clientes del despacho con los que haya tenido algún contacto profesional durante los dos últimos años. Consecuentemente, me he abstenido en todos y cada uno de los acuerdos y resoluciones adoptados por la CNMV sobre el Banco Popular desde que presido la institución. No he participado en la adopción de ninguna decisión del Consejo de la CNMV ni he intervenido en ningún procedimiento administrativo que haya afectado a Banco Popular".
Polémica en el Parlamento
La inhibición de Albella en razón de su actividad anterior como abogado de importantes empresas ya fue motivo de polémica en la audiencia parlamentaria de confirmación para presidir la CNMV el 23 de noviembre de 2016. Según Podemos y el PSOE, su nutrida lista de relaciones comerciales lo inhabilitaba para el cargo y por eso votaron en contra de su nombramiento. El portavoz socialista, Pedro Saura, llegó a describir su caso como “puerta giratoria al revés”.
Albella se escudó entonces en la “confidencialidad” para negarse a revelar la relación de clientes que podían suponer un conflicto de intereses en su nuevo cargo. Ahora, sin embargo, a requerimiento de este diario ha ofrecido más detalles sobre su intervención en el consejo del Popular.
Esta se limitó, según su nota, "a participar, junto con el socio que estaba llevando el tema, en una parte de la reunión del Consejo del banco en la que se trató de la operación, para explicar el régimen legal de responsabilidad de los consejeros. Me referí en particular al nuevo artículo 226 de la Ley de Sociedades de Capital ("protección de la discrecionalidad empresarial", que establece que el estándar de diligencia exigible se entenderá cumplido si el administrador actúe de buena fe, sin interés personal en el asunto, con información suficiente y con arreglo a un procedimiento de decisión adecuado) y respondí algunas preguntas. Esta fue toda mi intervención en relación con la ampliación de 2016".
Seis empresas del Ibex 35 fueron clientes
Finalmente Albella fue confirmado como presidente de la CNMV por 19 votos a favor y 17 en contra, gracias al apoyo del PP y de Ciudadanos. En la audiencia reveló que había trabajado para seis empresas del Ibex 35 en los dos últimos años que le obligarían a inhabilitarse, pero no quiso identificarlas públicamente. Ante la presión del portavoz de Podemos en la comisión de Economía, Alberto Montero, se comprometió a reflejar los nombres en un escrito tras su toma de posesión. “No tengo ningún problema para dejar el primer día que llegue a la CNMV una relación de esas empresas y firmar un documento, de tal manera que quede claro”.
"Tengo una intuición muy firme, en el sentido de que no resultaría prudente ni razonable por mi parte dar la identidad de estas compañías”, dijo Albella a los diputados, según recoge el diario de sesiones.
Durante su audiencia parlamentaria afirmó: "Me siento totalmente independiente para ejercer la función de presidente de la CNMV al margen de intereses y posibles presiones o injerencias de las compañías financieras para las que haya podido trabajar", aseguró ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados.
Diferente trato al Popular y a Liberbank
Hasta ahora, la CNMV no había informado de ningún caso en que su presidente hubiera tenido que inhabilitarse. Sin embargo, en el caso del Banco Popular el papel de la CNMV ha sido cuestionado precisamente porque no ha intervenido.
En unas declaraciones en el diario Expansión publicadas el lunes 26 de junio, Albella precisamente defendía a la CNMV de las acusaciones de que ha actuado prohibiendo las posiciones cortas en Liberbank, pero no hizo lo mismo con el Popular. El presidente del órgano supervisor de los mercados asegura que “no puede atribuirse a las ventas en descubierto la caída de la cotización del Popular en los días previos a su resolución”.
Albella afirma que en el caso del Popular las posiciones bajistas venían de antiguo -entre el 6% y el 8% del capital- y escalaron hasta el 12% tras la publicación de resultados de 2016, pero que en de Liberbank se trata de una volatilidad que sólo cabe atribuir a factores exógenos.