Bonos convertibles y ligados a la obtención de beneficios es la fórmula que el Banco Santander pretende aplicar como sistema de compensación a los accionistas minoritarios del Banco Popular que, hace un año, acudieron a la ampliación de capital. Como otras alternativas, la entidad presidida por Ana Botín también baraja ofrecer depósitos o créditos en condiciones ventajosas.
Aunque no se sabe con exactitud cuántos de los 280.000 accionistas acudieron, descontadas las aportaciones de los inversores cualificados -que quedarían fuera de la compensación-, el monto de lo aportado por estos pequeños accionistas estaría en torno a los 1.000 millones de euros.
Mitigar los riesgos laborales
Con la medida, el Santander busca mitigar los riesgos legales que comportaría la interposición de demandas y, de paso, vincular a estos accionistas con un producto financiero a largo plazo, según informa Expansión.
Si se optara por otorgar bonos compensatorios, la medida estaría en línea con la acometida para compensar a los clientes de Banif afectadas por la estafa piramidal del caso Madoff, que salió a la luz en 2008.
En este asunto, el Santander ofreció participaciones preferentes por el importe de lo invertido, con un cupón del 2% anual y con una opción de compra ejercitable por el emisor a los diez años de la emisión. Como todas las preferentes, el pago del cupón estaba condicionado a la obtención de beneficios de Santander.
Aquella operación se saldó con la emisión de bonos por 1.380 millones, parte de los que, unos meses después, también sirvieron para resarcir a los clientes de banca privada afectados por la quiebra de Lehman Brothers, ya que habían invertido en productos ligados a bonos con garantía del capital del banco estadounidense.