Como se preveía, los más de 1.450 millones de acciones suscritas en la ampliación de capital de 7.072 millones de euros del Banco de Santander, destinadas a digerir la compra del Banco Popular, han resultado todo un chollo.
De ahí que hubiera una sobredemanda 8 veces superior a lo ofertado. “Creo que ha sido el menor descuento para una ampliación de estas características”, aseguraba José Antonio Álvarez, consejero delegado del Banco Santander, durante el análisis de los resultados del primer semestre ante los medios de comunicación.
De 4,85 a 5,8 euros sin mover un dedo
La entidad presidida por Ana Botín puso un precio de 4,85 euros para la compra de estas nuevas acciones, con un descuento cercano a un 20% sobre el precio de mercado, y la adquisición les ha dado la razón. Cuando empiecen a cotizar este próximo lunes lo harán a partir de los 5,8 euros con los que el banco cerraba esta semana.
No es la única buena noticia para los firmantes de estas nuevas acciones. El viernes 4 de agosto, una semana después de cerrada la ampliación, también recibirán el primer dividendo a cuenta del ejercicio de 2017.
El viernes, 87,5 millones de dividendo para las nuevas acciones
Los tenedores de esas nuevas acciones también cobrarán los 0,06 euros por título que percibirán los que, antes de la ampliación, poseían 14.582 millones de acciones. De los 962 millones de euros que repartirá el Banco Santander, 87,5 millones corresponden a los títulos recién suscritos.
Tanto la ampliación de capital del Santander, como otras cuestiones relacionadas con la compra del Banco Popular tras la resolución de la Junta de Única de Resolución (JUR) del pasado 6 de junio, relegaron a un segundo plano las cuentas de la entidad presidida por Ana Botín al cierre del primer semestre de 2017. Por ello, José Antonio Álvarez se cuidó muy mucho de separar el impacto de adquirir el Popular del comportamiento del grupo entre enero y junio, que, con los 11 millones del banco comprado, alcanzaba los 3.616 millones de beneficio.
"Banco Popular SA perderá 12.000 millones"
“Tras tener acceso a la información del Popular, seguimos pensando que la operación resultará atractiva por encima del coste de capital”, apuntaba el consejero delegado del Santander, adelantando que los últimos resultados de la entidad comprada serán notificados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a principios de septiembre. Y que los mismos arrojarían unas grandiosas pérdidas. “Banco Popular SA, hasta su compra por el Santander, presentará unas pérdidas de unos 12.000 millones de euros”, reconocía Álvarez. En los 23 restantes de junio, ya en manos del Santander, el Popular sumaba esos 11 millones al grupo presidido por Ana Botín.
El desglose de este agujero se reparte en 7.200 millones para cubrir las minusvalías de los activos inmobiliarios, 4.300 millones de euros de ajustes por deducción de capital -básicamente por activos intangibles y créditos fiscales irrecuperables-, y 700 millones más contemplados en la denominadas ‘acción comercial’, que busca compensar a clientes afectados por la resolución del Popular.
3.000 millones de créditos fiscales recuperables
A partir de estos números, José Antonio Álvarez dejaba claro que “el Banco Popular entraba en Santander con recursos propios por un valor de 0 euros. Un capital nulo que ha obligado a echar mano de 3.000 millones de créditos fiscales potencialmente recuperables”, explicaba. Esos que, en el futuro, si los resultados van bien, podrán utilizarse para minorar la factura impositiva.
El consejero delegado del Santander daba algunas pinceladas de lo que se encontraron durante los primeros días tras tomar el control del Popular. “Vimos que la actividad crediticia era casi nula. Algo normal. Cuando hay un problema de liquidez, lo último en que se piensa es en dar crédito. Ahora, la actividad ya es normal”, comentaba Álvarez. También reconocía que, de los 20.000 millones de depósitos perdidos por el Popular en los últimos seis meses, “se han recuperado ya 6.500”, apuntaba.
Faltan permisos regulatorios para cerrar operaciones
Preguntado por las diversas negociaciones que se están llevando a cabo para recuperar los negocios que compartidos, Álvarez echaba mano de una respuesta recurrente, que todos los procesos están en marcha, pero que no se pueden cerrar de momento.
“Hasta dentro de unas semanas no tendremos vía libre para firmar nada”, comentaba el consejero delegado la falta de los permisos regulatorios. Entre esas negociaciones, las de la venta, total o parcial, del negocio inmobiliario del Popular -“soy muy optimista en este asunto”, decía Álvarez- o el de las tarjetas de crédito de WiZink.