Fue la primera (y única) compra de una compañía española por el gigante del alojamiento turístico Airbnb. La operación de Trip4Real no dejó apenas números tras su firma a mediados de 2016. Inversores y fundadores se limitaron a asegurar que se trató de una venta “rentable”, pero sin más. Un año después, sus cuentas de resultados arrojan algo de luz: la compañía compró las acciones y, posteriormente, vendió los activos de la sociedad a su filial internacional en Irlanda y a la matriz estadounidense. El precio en el que los tasó: 5,2 millones de euros.
Trip4real fue creada hace ahora justo cinco años. Su fundadora, Gloria Molins, creó una plataforma para comercializar planes de ocio alternativos ofrecidos por particulares en grandes ciudades como París, Roma, Lisboa, Londres, Berlín y Amsterdam. Un año después de firmar un acuerdo de colaboración con Airbnb, ésta decidió sacar la chequera para comprarla en lo que se entendió más como una compra con la que reclutar el talento del equipo fundador.
¿Para qué quería Airbnb una empresa como Trip4Real? Precisamente para poner en marcha su servicio de ‘Trips’, algo similar a lo que hacía la española de manera independiente pero para las principales ciudades del mundo en las que estaba presente la plataforma de alquiler vacacional.
5,2 millones en activos, repartidos en dos sociedades
Ha habido mucho secretismo sobre la operación. Las cuentas de Trip4Real, sociedad que hoy en manos de Airbnb Ireland, muestran cómo fue la operación. Según varias fuentes cercanas a la empresa y con conocimiento de la operación consultadas por este medio, el orden fue el siguiente: la sociedad irlandesa de la plataforma de alquiler adquiría las acciones tanto a inversores como a la fundadora -que controlaba casi el 60% de la sociedad- para luego vender los activos.
¿Y el precio pagado por las acciones tanto a la fundadora como a los inversores? En la memoria anual, no hay datos sobre el precio final de la transacción. Aunque hay una cifra que puede ser de mucha ayuda para calcular ese valor. En concreto, lo que pagaron dos sociedades del grupo Airbnb por los activos de Trip4real.
El 13 de octubre de 2016, Trip4real vendió la totalidad de sus activos intangibles a la estadounidense Airbnb Inc (1,44 millones) y a la irlandesa Airbnb International (3,8 millones de euros). Es decir, en total todos los activos -propiedad intelectual, tecnología, dominio, contratos…- eran valorados en 5,2 millones de euros que eran pagados por ambas compañías del grupo.
¿Por qué esa cifra puede ayudar a calcular el precio final, guardado ‘bajo llave’? Porque Airbnb no pagó una cantidad mucho mayor por todos los activos de la sociedad, pues incurriría en una pérdida significativa. Según precisan varios de los socios consultados por este medio, el precio fue ligeramente superior a esa cifra. No fue una gran venta en términos financieros, tal y como reconocen, pero sí que permitió devolver la inversión y generar una pequeña plusvalía.
Los repartos
Entre esos socios destacaba sobremanera Kibo Ventures, que controlaba el 21% de la sociedad. El otro 21% de la sociedad se repartía entre Caixa Capital Risc -el brazo de capital riesgo de la entidad catalana-, otros ‘business angels’ entre los que se encuentran David Tomás (fundador de Cyberclick) e inversores particulares como el cocinero español Ferrá Adriá.
Según ha podido saber este medio, la fundadora de la compañía tuvo parte de la retribución de sus acciones en diferido, algo habitual en los caso de emprendedores que encadenan con un contrato laboral en la compañía compradora. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Molins sin haber recibido respuesta. Hoy, ella es la responsable de la división Trips -creada por Airbnb precisamente para ofrecer a los turistas que se alojan en las viviendas ofertadas en su plataforma planes de ocio y culturales alternativos ofrecidos por ‘nativos’– para el área conocida como EMEA (Europa, Oriente Medio y África).
La compañía había cerrado dos rondas. Una primera con Ferrá Adriá y un grupo de publicistas que pusieron sobre la mesa 150.000 euros. Eso fue en junio de 2013. Un año más tarde lograron una inyección de un millón de euros aportados principalmente por Kibo Ventures y CaixaCR.
¿En qué situación se queda Trip4Real?
Ahora, la duda es en qué situación se queda la sociedad española. Por ahora se mantiene activa. El ejercicio 2016 lo cerró con una plantilla de ocho empleados. La venta de los activos por 5,2 millones de euros generó un resultado antes de impuestos de 4,1 millones de euros (el año anterior a la venta tuvo unos números rojos antes de impuestos de 400.000 euros). Pasó por caja en Hacienda y pagó 1 millón de euros a la Agencia Tributaria.
De esos 3,1 millones de euros, 2,5 millones se destinaron por parte del nuevo socio único -Airbnb Irlanda- a reservas voluntarias. Es decir, lo guardaron en caja. El resto -algo más de medio millón- fue para compensar las pérdidas de ejercicios anteriores.
El funcionamiento durante el ejercicio 2016 fue similar al de filiales de compañías tecnológicas multinacionales. De los 226.000 euros que reportó como ingresos, 192.500 euros fue en forma de servicios a la dueña, Airbnb Ireland. El año anterior, todo el volumen de ingresos fue de 31.000 euros, procedentes del 15% de comisión de cada reserva que se realizaba en su plataforma.