El concurso de acreedores de Isolux Corsán se extenderá hasta, al menos, la primera mitad de 2018, toda vez que el juez ha aceptado ampliar al máximo los plazos habituales que fija la Ley Concursal ante la complejidad que presenta el proceso, dado que el grupo de construcción e ingeniería suma más de 2.000 acreedores.
El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid ha dado cuatro meses más a la administración concursal de Isolux para realizar el preceptivo informe sobre la compañía y su situación, que cuenta así con plazo hasta el 12 de febrero de 2018 para presentarlo.
De esta forma, el administrador concursal contará un total de seis meses para concluir este informe, un periodo que triplica al plazo habitual de dos meses que fija la ley, que no obstante contempla la posibilidad de prórrogas en tres supuestos.
En el caso de Isolux, la jueza titular del Mercantil 1, Cristina Pousa Blasco, otorga la máxima extensión del plazo prevista en la legislación, la de cuatro meses que contempla el artículo 74.3 para los supuestos de que la empresa "tenga un número de acreedores superior a 2.000".
La presentación del informe concursal marca la conclusión de la primera fase de un concurso de acreedores, la denominada fase común, y el inicio de la segunda, la fase de convenio. En esta segunda parte, la compañía presenta una propuesta de pago de deuda que se somete a consideración de los acreedores, un proceso que puede suponer unos dos meses más.
La aceptación o el rechazo de los acreedores a la propuesta de convenio que realice la compañía marcará si el grupo supera el concurso o, por contra, se ve abocada a la liquidación.
Así, la prórroga de plazos aprobada por la juez titular del Mercantil 1 aboca a Isolux a un proceso concursal de, al menos, un año de duración.
Más plazo también para acreedores
En un edicto, emitido el pasado 27 de julio, la magistrada conviene también en extender un mes más, hasta el 19 de septiembre, el plazo para que los miles de acreedores de Isolux comuniquen a la administración concursal el importe que la compañía los adeuda.
El grupo Isolux Corsán se vio abocado al concurso de acreedores a comienzos del pasado mes de julio tras no lograr un inversor que entrara en su capital y rescatara al grupo, que ya llevaba dos años tratando de superar sus dificultades financieras.
El concurso, dictado por el juez el 12 de julio, afecta a la matriz y seis filiales de la compañía y está considerado como uno de los mayores de una empresa de construcción en la historia empresarial española.
Isolux cayó en concurso con un 'agujero' patrimonial de 801,9 millones de euros, con una deuda financiera de 1.270 millones y una deuda con proveedores de 405 millones. El grupo tiene una plantilla, tras el ERE acometido en 2016, de unos 3.884 trabajadores.
La compañía entró finalmente en concurso un año después de que una veintena de bancos acreedores, liderados por CaixaBank y Bankia, se tomarán su control al capitalizar el grueso de la deuda. Las entidades diseñaron un plan de negocio para garantizar la solvencia de compañía, que pasaba por su segregación en tres empresas y la búsqueda de un inversión, pero las necesidades de liquidez del grupo no dieron tiempo para implementarlo.