James D´amore ya no trabaja en Google. Él era, hasta esta semana, ingeniero de la compañía. El desencadenante de su fulminante despido fue un documento publicado en un foro interno de la tecnológica este fin de semana en el que defendía, entre otras ideas, que la infrarrepresentación de las mujeres en el mundo tecnológico y en los puestos directivos de estas empresas se debía a “causas biológicas”.
El debate sobre la presencia femenina en estos ámbitos ha ganado importancia en los últimos días tras dos años intensos. Pero, ¿cuál es la fotografía actual en cada uno de estos gigantes?
Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook son las cinco empresas más valoradas del mundo. Entre todas ellas suman casi 700.000 empleados repartidos por todo el mundo. Y en sus plantillas hay muchos más hombres: la media de mujeres es de un 32% entre todas estas empresas, según los datos aportados por las propias empresas en diversos reportes de diversidad hechos públicos en el último año. De cada 100 empleados de estas firmas, 32 son mujeres. ¿En el caso de Google? Es el 31% del total, la segunda cifra más baja sólo por detrás de la de Microsoft.
Plantillas muy masculinas
Precisamente, fue Google la primera gran compañía de este sector que movió ficha en 2014. Puso sobre la mesa un extenso informe sobre la diversidad en la empresa, no sólo en el lado del género sino también de las razas. A partir de ahí, todas las demás siguieron sus pasos.
En base a las cifras contenidas en los informes actualizados de cada una de las empresas, la fotografía laboral de estas compañías es clara: los hombres blancos son la mayoría en todos los puestos pero, especialmente, dentro las cúpulas y equipos directivos.
Diferencias más amplias en las cúpulas
En concreto, la media porcentual de mujeres en las plantillas de las cinco compañías es del 32%. Es decir, de cada 100 empleados, 32 son mujeres. Hay casos, como el de Amazon, donde tienen más presencia (con un 39%) y otras como Microsoft (26%). ¿Y Google? Pese a que su vicepresidenta de Diversidad, Integridad y Gobierno, aseguraba que son “inequívocos en la creencia de que la diversidad y la inclusión son fundamentales para nuestro éxito como empresa”, sólo representan el 31%.
Pero si las diferencias son amplias para todos los puestos, lo son aún más cuanto más arriba se mira en el organigrama de las empresas. Sólo el 24% de media de los directivos y ‘jefes’ de estas empresas son mujeres. Microsoft vuelve a tener las peores cifras, con apenas un 18%, mientras que Apple es la más diversa y suma el 28%.
Más allá del género, en los equipos son mayoría los empleados de raza blanca. Entre el 66% de Amazon y el 52% de Facebook. El patrón se repite en el orden del resto de razas: asiáticos, hispanos y negros.
¿Y en España?
Esa es la fotografía global. Pero, ¿qué sucede en España? Las filiales de estas empresas en el país tienen un acento tecnológico menos marcado, pues gran parte de sus equipos se dedican a tareas más relacionadas con el marketing, ventas y distribución de los productos y servicios de sus matrices. Aún así, las diferencias siguen existiendo.
En Google, a cierre de 2015, había 55 mujeres trabajando frente a los 110 hombres. En Microsoft, había 207 frente a 469 a finales de 2016 y en Amazon, 405 frente a 792. ¿Y en Facebook? Desde el año 2014 no desglosa la cifra de empleados. En 2013, el reparto era bien distinto: 10 mujeres frente a 3 hombres.
La educación en tecnología, clave
Al plantear esta situación, no hay que obviar uno de los datos más relevantes que contribuyen a este panorama: la formación. Es decir, la población de ingenieros, matemáticos y otras profesiones relacionadas con la ciencia y tecnología tiene un marcado acento masculino. De hecho, según los últimos datos del Ministerio de Educación, en España apenas el 25% de los estudiantes de Ingeniería y Arquitectura son mujeres.
De hecho, en los puestos que no tienen relación directa con la tecnología, las cifras se igualan entre ambos sexos en estos gigantes. Por ejemplo, en estos puestos ellas son mayoría en el caso de Facebook (53%) o ganan más posiciones en firmas como Microsoft (40%) o Google (48%).
La mayoría de estas compañías cuentan con programas de formación para mujeres y varias iniciativas para mejorar la inclusión de colectivos minoritarios dentro de sus plantillas. Y todas ellas han creado durante los últimos tres años puestos directivos -con mayor o menor rango- con responsabilidades relacionadas con la diversidad.
Diferencias salariales y de trato en Google o Facebook, bajo escrutinio
Pero no sólo están bajo la lupa por la diversidad de género y de raza, sino también por los salarios y las diferencias existentes. De hecho, la propia Google está siendo investigada por el departamento de Empleo de Estados Unidos, que dijo tener indicios de “disparidades de salarios sistemáticas”. Ante esta acusación, la compañía aseguró en mayo que era demasiado complicado logística y económicamente la recopilación de todos los datos de salarios y se negó a ofrecer los datos. En concreto, representantes de la empresa dijeron ante un tribunal federal estadounidense que supondría invertir hasta 500 horas de trabajo y 100.000 dólares.
Hasta ahora ha habido poca transparencia de estas compañías respecto a estas diferencias salariales. De hecho, ha tenido que ser un fondo activista –aquel que entra en el accionariado de una compañía controlando una parte destacada de las acciones para presionar con el objetivo de hacer cambios en la gestión– liderado por una mujer, quien ha obligado en el último año a algunas de las grandes del sector a exponer sus cifras. Amazon, por ejemplo, se resistió pero el juez le obligó: aseguró que las mujeres ganan 0,99 dólares frente a un 1 dólar de los hombres. ¿El resto? Apple colocó la cifra en un nivel similar. Aún así, Google y Facebook siguen sin desglosar.
El salario no es, junto con las contrataciones, el único aspecto que se ha puesto en solfa en la política laboral de estas compañías. El trato en el interior de la compañía también. Facebook se vio envuelta en los últimos meses en una polémica. El diario económico The Wall Street Journal desveló el estudio de un ingeniero histórico de la compañía que advertía que el código escrito por ingenieras era rechazado con mucha más frecuencia que el de sus colegas masculinos. La compañía trató de corregir ese estudio, al entender que tenía errores de cálculo, y atribuyó cualquier diferencia al rango del técnico y no a su género. La ‘número 2’ de la empresa, Sheryl Sandberg, argumentó lo mismo e insistió en que la promoción de hombres y mujeres en la empresa es “en la misma proporción”.
Con todo, el texto de James Damore publicado en la red interna de Google ha vuelto a intensificar el debate. El ingeniero se plantea si demandar a la empresa por su despido. Lo haga o no, la realidad es que su documento ha vuelto a poner sobre la mesa la igualdad en las grandes empresas tecnológicas. Unas empresas que, a la luz de los números, siguen siendo muy masculinas.