Continuamos con la serie de vídeos que estamos publicando durante todo este mes de agosto en EL ESPAÑOL con los aspectos más importantes de una larga conversación en la que el economista liberal Daniel Lacalle y el filósofo Antonio Escohotado, aportan sus reflexiones y recetas para el futuro de la economía española.
Planificación estatal
En este segundo episodio Lacalle y Escohotado intercambian ideas sobre planificación estatal, valor de la iniciativa individual y globalización. Para el economista liberal y el filósofo la planificación estatal y supranacional es un freno al desarrollo individual como fuente de riqueza.
Según Antonio Escohotado “el valor es la capacidad que tiene el ser humano de hacer más barato algo que se hacía más caro”. “No se dan cuenta de que el ser humano es innovador y que si tú le quitas la iniciativa, le quitas la fuente de riqueza. A mi juicio el factor que define realmente el valor no es nada sólido, tangible, ni mucho menos inmueble”, indica.
Respecto de esta planificación Daniel Lacalle cree que “no hay mayor egoísmo subjetivo que el que tiene una persona que toma el poder y que no tienen ningún tipo de responsabilidad personal”. Y continúa indicando que “en esta época que estamos viviendo es lo que se genera un rechazo a lo que llamamos globalización”.
Rechazo a la globalización
“¿Y por qué se genera este rechazo? No porque la gente perciba que hay algo negativo en el comercio internacional ni en que busquemos la mejor manera en que tu y yo comerciemos. Sino porque se traslada la decisión completa de cómo se vertebra este comercio global a unos entes supranacionales liderados por unos burócratas, que además de tener un incentivo perverso de que las cosas continúen siendo como en el statu quo tienen los recursos de los demás. Son solidarios con los recursos de los demás”, indica Lacalle.
Y Escohotado remata con una reflexión sobre los sistemas económicos mundiales que, a su juicio, funcionan: el que tiene seguridad social como la Unión Europea y el de Estados Unidos donde la gente gana mucho más porque la presión fiscal es inferior. “¿Por qué pueden los americanos tener ese sistema?. Porque el rencor en Europa es mucho más alto y hay al menos un 10% de voto comunista y en Estados Unidos hay un 0,03%. Entonces, no hay que dar de comer a los sentimientos, no hay que dar de comer al victimismo”.