Parece que la pintura del banco naranja de ING aguanta bien las inclemencias del sistema financiero. En plena tormenta bancaria, con tipos en mínimos históricos -y sin conocer si podrá seguir ofreciendo comisiones cero en los cajeros- sigue captando clientes.
Los datos de la Asociación Española de Banca (AEB) reflejan que, en los primeros seis meses del año, ha logrado captar 1.274 millones de euros. Es decir, un aumento del 4% hasta los 33.125 millones en depósitos de clientes.
Una situación que contrasta con la situación general de los depósitos, en contracción en el mercado. Sin embargo, para el experto en banca, Juan Fernando Robles, esto responde a varias cuestiones: la primera, la fuga de 18.000 millones que se ha registrado en el Banco Popular; la segunda, la mejora del empleo -que afecta a los más jóvenes que son su público objetivo-; y la tercera, a las acciones de publicidad y captación que desarrolla el banco.
El futuro es complicado
Sin embargo, estos datos no son para cantar victoria. Es cierto que ha habido una mejora, pero las cosas pueden cambiar en cualquier momento. El escenario de tipos en mínimos históricos establecida por el Banco Central Europeo (BCE), está pasando factura a todos los bancos y, en especial, a ING.
Hasta ahora uno de sus principales reclamos era la oferta de remuneraciones importantes a los depósitos. Sin embargo, en los últimos meses ha tenido que moderar esos números.
¿La última vez? Esta semana, cuando hemos conocido que su producto más afamado, el Depósito Naranja de ING, desaparecía. Era la oferta de bienvenida; llegó a ofrecer una rentabilidad del 4,8% durante tres meses. Sin embargo, en los últimos tiempos la duración era de dos meses, y la rentabilidad de tan sólo el 1%.
Tanto está afectando la situación de bajos tipos que, actualmente, las ofertas en estos productos de ING ofrecen un 0,2% TAE durante seis meses.
Habrá que analizar a partir de ahora si la ausencia de este reclamo pasa factura a la captación de nuevos clientes; o si es capaz de soportar la presión con su política de comisiones cero en su Cuenta Naranja con una rentabilidad del 0,1% TAE.
El futuro de los cajeros
Una incertidumbre a la que hay que añadirle otra: la posibilidad de que se rompa el acuerdo con el Banco Popular para no cobrar dinero por sacar de los cajeros a sus clientes.
Una posibilidad real, que está encima de la mesa, y que está en la mano del Banco Santander. Son ellos quienes deben decidir qué ocurrirá con un contrato que termina a finales de año, pero que cuenta con una renovación automática.
Por ahora en los cuarteles de Boadilla del Monte prefieren no pronunciarse. Estudian la situación antes de decir, más que nada porque los cajeros de Popular los gestiona Euro Automatic Cash (EAC), participada al 50% con Crédit Mutuel.
¿A por el Deutsche?
¿Qué opciones le quedarían entonces a ING? Complicado saberlo, dado que las principales entidades financieras optan por cobrar a los clientes de entidades ajenas. Tanto Santander como BBVA y Caixabank no van a renunciar a esos ingresos; y habría que ver el planteamiento de Bankia y Bankinter (que ya cuenta con un acuerdo para retiradas superiores a los 90 euros).
Sin embargo, Robles piensa que no tiene por qué ser un problema. “Aunque no llegaran a ningún acuerdo con otra entidad, no creo que tuvieran problema. Su clientela es joven, y no tienen problema en pagar con la tarjeta de crédito. Además, las retiradas de efectivo llevan años en claro retroceso”, sentencia.
Además la entidad, recuerda, tiene 3.500 puntos de pago a través de Twyp Cash. Una aplicación que permite hacer pagos a través del móvil y sacar dinero en Dia, Galp, Shell y Disa (en Canarias). Y por si fuera poco está ampliando su red de cajeros propia en algunas estaciones de servicio de Repsol.
Fuentes financieras consideran que la opción de ubicar cajeros, por ejemplo, en todas las gasolineras de una marca determinada no es lo más recomendable. Recuerdan que hace falta una infraestructura informática, técnica y humana para desarrollarla, y dudan que, en este momento, ING pueda estar capacitada para desarrollarla. Sobre todo, en la parte económica.
Otra posibilidad que se ha rumoreado en los últimos tiempos es que ING pueda hacerse con el negocio en España del Deutsche Bank. Una entidad que cuenta con 200 oficinas en nuestro país.
Pero vuelve a ocurrir lo mismo que con los cajeros. No es el negocio tradicional de ING y, por tanto, fuentes financieras no ven clara la apuesta de la entidad holandesa. Consideran que supondría “romper” con su modelo tradicional de pocas oficinas; aunque le podría servir para mejorar su base de clientes 'premium' , que es el tipo de cliente que tiene el banco alemán en nuestro país.