Los ecos del escándalo de corrupción propiciado por la constructora brasileña Odebrecht se expanden por buena parte de Latinoamérica. Ahora sus tentáculos amenazan con llevarse por delante a uno de los grupos más importantes de Ecuador, el Grupo Eljuri.
La fiscalía sospecha que la corporación, liderada por el millonario Juan Gabriel Eljuri, era una de las piezas clave en el soborno de políticos por parte de Norberto Odebrecht para conseguir obras y concesiones en el país.
Lo habrían hecho a través del South American International Bank (Sai Bank), en el que habrían movido más de 150 millones de dólares en cinco años. El responsable sería Juan Pablo Eljuri, hijo del multimillonario, quien figura como beneficiario de la fundación propietaria de la entidad.
¿Cómo lo hacían?
El mecanismo, según la fiscalía, sería el siguiente: el Sai Bank –que niega relación alguna con Eljuri- abrió cuentas en Banco Capital donde se realizaron los ingresos. Precisamente en esa entidad habría dos intermediarios de Odebrecht que habrían recibido el dinero posteriormente para, a continuación, pagar a funcionarios públicos.
Por el momento, Juan Pablo Eljuri ha sido puesto en busca y captura por parte de las autoridades ecuatorianas; mientras que su padre ha pasado por la fiscalía para prestar declaración. La juez ha ordenado embargar sus cuentas, la incautación de sus bienes y la prohibición de su venta.
Así es la corporación
El Grupo Eljuri controla el 11% del mercado de la venta de coches en Colombia; es el principal importador de vehículos de Ecuador, y tiene empresas relacionadas con la industria, la banca, los perfumes, los licores, la relojería, los hoteles y los medios de comunicación.
Este conglomerado familiar apareció también en los Papeles de Panamá. Habrían empleado los servicios de Mossack Fonseca para evadir impuestos tras ganar un contrato con el gobierno de Ecuador para entregarle 4.157 coches para la policía por valor de 200 millones de dólares.
La rama ecuatoriana es una más de las muchas que se van abriendo en torno al escándalo de Odebrecht. Desde el gobierno de Lula y Dilma en Brasil, pasando por el de Juan Manuel Santos en Colombia, el de Chávez en Venezuela o los de Alejandro Toledo, Alan García y Allanta Humala en Perú o el de Correa en Ecuador.
Todos ellos recibieron pagos de la constructora brasileña a través de una red de entidades offshore. Unas cantidades que, en ocasiones, pasaban por hasta cuatro sociedades pantallas distintas antes de llegar a su destino.
La trama llegó, incluso, a comprar un banco en la isla caribeña de Antigua, lo que permitió a los implicados recibir dinero ilícito con total impunidad.