Banco Santander espera que antes del 15 de enero los bonos de fidelización sean admitidos a negociación en el mercado secundario de deuda. Quien decida no venderlos y guardarlos bajo llave hasta el plazo de 7 años establecido en las condiciones del folleto, recibirá un rendimiento del 1% anual (pagadero trimestralmente). Es decir, al cabo de esos 7 años, un bono de fidelización de valor nominal 100 valdrá 107 euros (100 de valor nominal más el 1% anual).
Todo si la operación sale según lo previsto, pues Santander se reserva el derecho amortizar los bonos a su voluntad en determinadas situaciones, como que estos títulos dejen de considerarse elegibles para el requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles que Bruselas impone a los bancos considerados de riesgos sistémico.
Frente a quienes apuesten por mantener los bonos cobrando el cupón año a año, habrá quien considere mejor no permanecer `anclado¿ a la entidad durante ese plazo de siete años, y optará por venderlos en el mercado. Todos ellos tienen que tener en cuenta que el valor de mercado será en torno al 70% del nominal, según las previsiones de los expertos. Y que existe el riesgo de iliquidez o de que no haya suficiente demanda, tal y como ha advertido el propio Santander en el folleto de emisión de estos títulos. El banco ha firmado un contrato de liquidez con Bankinter, pero en el folleto asegura que ¿la existencia de ese compromiso no garantiza a los titulares que vayan a poder vender los bonos en el momento en que deseen ni el precio al que podrán hacerlo¿.
Suponiendo que el valor nominal de los bonos de fidelización sea de 70 euros en el momento de salir al mercado secundario, el tenedor tendría que lograr, reinvirtiendo, una rentabilidad extra del 6,25% anual para alcanzar los 107 euros que ingresarán los que mantengan el bono de fidelización al cabo de los siete años.
En el actual entorno de tipos de interés, existen pocas alternativas para alcanzar esas rentabilidades. Al menos, si no se asume algo de riesgo. Y el problema es que los bonos de fidelización, considerados un producto percisamente de riesgo, se colocarán también entre minoristas, muchos de ellos con perfiles conservadores que se verán obligados, además, a acudir a estrategias poco habituales para ellos si quieren extraer ese rendimiento extra.
Los bonos de fidelización se consideran como títulos perpetuos, y en categoría podrían ser similares a la deuda subordinada. En orden de riesgo, estarían entre esta y las acciones. Las rentabilidades que se están pagando en el mercado por este tipo de emisiones, que se colocan entre institucionales, rondan ese 6,25% que tendrán que buscar los afectados en el mercado para igualar a quienes decidan mantener el bono sin `moverlo¿. El propio Santander pagó un 6,75% por una emisión reciente de deuda perpetua, similar al 6% ofrecido por Bankia o al 6,5% de Sabadell en operaciones similares.
Los inversores también podrían optar por acudir al mercado de renta variable en busca de esa rentabilidad extra. Por ejemplo, valores como Telefónica o Endesa ofrecen actualmente una rentabilidad por dividendo superior a al 6%. Los fondos de inversión también pueden ser una buena opción para superar esa cifra de rendimiento. Por ejemplo, fondos de renta variable española como el Bestinver Bolsa, el Bankia Small & MidCaps España, el Santander Acciones Españolas, el Renta 4 Bolsa o el Gesconsult Renta Variable, están ofreciendo actualmente rendimientos superiores a ese 6%, y algunos de ellos llegan incluso a los dos dígitos.