El CEO de Orange, Stéphane Richard, ha anunciado que lanzará su banco, Orange Bank, en Francia, el próximo 2 de noviembre. ¿El objetivo? Difícil: conseguir que los clientes que a menudo tienen problemas de facturas con sus operadoras se presten a confiarles su dinero su dinero.
Orange Bank es un producto calcado al del operador móvil alemán N26, con opciones muy básicas, como el visionado de las transacciones en tiempo real, la posibilidad de bloquear o desbloquear tu tarjeta en tiempo real, enviar dinero a otros usuarios de Orange Bank de forma automática, gestionar tu tarjeta de pagos, un chat de atención al cliente en asociación con IBM y acceso a Apple Pay.
Este producto, que no parece sobre el papel mejor a lo que ofrecen los bancos más digitales en España, se ha venido dilatando tras la compra del 65% del banco Groupama hace 18 meses, tiempo en el que ha habilitado un espacio de banca en muchas de sus tiendas.
Problemas tecnológicos
El objetivo inicial era salir a principios de 2017 y después se dio como fecha definitiva el 6 de julio. El lanzamiento se retrasó por las dificultades tecnológicas experimentadas. Justo lo que necesitaba para dar más confianza a su producto.
Richard, consciente de su extraordinario parecido con N26, hizo declaraciones muy agresivas a La Tribune. “Estamos creando un banco móvil con nuestro elevado nivel de requisitos, no un producto pequeño de una startup alemana poco conocida. Vamos a convertirnos en un producto que los franceses usarán a diario y que ha supuesto mucho desarrollo.
Los bancos online más grandes de Francia, ING Direct y Boursorama, tienen un millón de clientes cada una. El objetivo de Orange Bank es duplicar esta cifra para alcanzar los dos millones de clientes en una década y alcanzar el equilibrio en menos de un lustro. N26 tiene sólo 100.000 clientes en Francia y medio millón en toda Europa. Y, aún así, Orange se siente obligada a hacerles de menos.