Es la octava misión de vigilancia de los 'hombres de negro' -según la terminología acuñada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro- para garantizar que España devolverá los 41.000 millones de euros del rescate bancario que la UE le concedió en 2012. Los inspectores de la Comisión y del Banco Central Europeo (BCE) regresan este lunes a Madrid para examinar la situación del sector financiero español. Les acompañan técnicos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate de la UE.
Si la anterior misión de los 'hombres de negro' en primavera la protagonizó el hundimiento del Banco Popular -que acabó siendo liquidado por Bruselas-, la que comienza ahora está marcada por el punto álgido del reto secesionista en Cataluña, que ya ha tenido graves consecuencias en el sector financiero. Los dos grandes bancos catalanes, Caixabank y Sabadell, han trasladado su sede social a Valencia y Alicante, respectivamente, asediados por caídas bursátiles y fugas de depósitos. Muchas otras empresas han huido de Cataluña.
En la Comisión aseguran que la misión, que se prolongará hasta el 18 de octubre, se centrará principalmente en el sector financiero, aunque también se abordarán los desafíos económicos de España a largo plazo y la evolución del crecimiento. Desde el BCE resaltan que se trata de un viaje regular previsto desde mucho antes del último estallido de la crisis catalana. "Sobre Cataluña, el Banco no hace comentarios", explican a EL ESPAÑOL. Los inspectores se reunirán en Madrid con representantes de las principales entidades, del ministerio de Economía y del Banco de España.
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha admitido que sigue la crisis catalana "con preocupación", aunque ha eludido valorar la fuga de empresas y se limita a llamar al diálogo dentro del orden constitucional español. Pese a la inquietud general, ni el Eurogrupo ni el Ecofin de la semana pasada abordaron oficialmente la situación en Cataluña. "Es un asunto interno", dice el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselboem.
De momento, la UE no cree que esté en riesgo la devolución del rescate bancario. "No tenemos ninguna preocupación sobre los reembolsos que nos debe España", ha señalado el director del MEDE, el alemán Klaus Regling. El Gobierno de Mariano Rajoy ya ha realizado cinco pagos anticipados, con lo que la cuenta pendiente de España con Bruselas se ha reducido a 33.700 millones de euros.
Exposición de la banca al mercado catalán
¿Pueden estar tranquilos los depositantes de bancos catalanes tras los cambios de sede? "Pueden estar perfectamente tranquilos", responde el ministro de Economía, Luis de Guindos. "Son bancos que siempre van a tener el paraguas del BCE y eso es muy importante en las circunstancias actuales", asegura. A su juicio, la huida de Cataluña se explica no porque contemplen la posibilidad de una independencia unilateral, sino por la "política absolutamente irracional y radical" del Gobierno de Carles Puigdemont, que "lo único que lleva es al empobrecimiento".
Pese al llamamiento a la calma de Guindos, el impacto en la banca española de la crisis catalana preocupa en Bruselas. Las entidades que hasta hace poco estaban basadas en Cataluña representan alrededor del 14% de los activos totales. Pero, además, "la mayoría de los bancos españoles tienen una exposición significativa al mercado catalán, y todos podrían quedar atrapados en las turbulencias", escribe Yana Myachenkova, investigadora de Bruegel, el think tank económico de referencia en Bruselas.
"Trasladar su sede fuera de Cataluña puede ayudar a los bancos catalanes a preservar su acceso a la ventana de liquidez del BCE si la situación sigue escalando. Pero la exposición de todos los bancos españoles a través de sus negocios con Cataluña seguirá siendo significativa", avisa la analista.
¿Cuál será el impacto sobre el crecimiento?
La misión de los 'hombres de negro' a Madrid servirá además para recoger datos de primera mano sobre el impacto del desafío secesionista catalán en la economía española, que hasta ahora ha seguido creciendo a velocidad de crucero. La Comisión todavía no ha contabilizado la repercusión de la crisis en las cifras de crecimiento de España. Publicará a principios de noviembre sus previsiones de otoño, en las que ya se reflejará si la tensión se traduce o no en una ralentización económica.
Es el aviso que ha lanzado el Fondo Monetario Internacional: el independentismo es uno de los riesgos que amenazan la recuperación española. "Las perspectivas para la economía española son actualmente fuertes. No obstante, una tensión e incertidumbre prolongadas relacionadas con Cataluña podrían pesar en las decisiones de confianza y de inversión", dijo el FMI en su informe sobre España publicado la semana pasada.
Pese a todo, la institución dirigida por Christine Lagarde todavía no ha rebajado sus previsiones: la economía española crecerá un 3,1% este año y se ralentizará hasta el 2,5% en 2018. Unas cifras que siguen estando muy por encima de la media de la eurozona. Sin embargo, tanto Guindos como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría admiten ya sin ambages que la crisis catalana frenará el crecimiento español el año que viene.
En su informe, el FMI dirige además una serie de recomendaciones al Gobierno de Mariano Rajoy para completar el saneamiento del sector bancario. La prioridad debe ser acelerar la limpieza de los balances con un plan para reducir la tasa de morosidad; animar a los bancos a captar más capital de alta calidad y reducir los costes operativos con el fin de aumentar la rentabilidad y la resistencia; y crear un nuevo órgano de vigilancia para detectar riesgos de forma temprana.
El Fondo reclama además completar cuanto antes la privatización de Bankia, entidad en la que el Estado dispone de una participación del 67% a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), una vez que se haya completado su fusión con BMN. Guindos anunció este verano su intención de vender en bolsa hasta un 9% este mismo año.
Pero la crisis catalana y sus réplicas en forma de caídas en la bolsa han obligado a congelar estos planes indefinidamente. "Ahora mismo, Cataluña es más importante. Pero estoy convencido de que la situación catalana cambiará y la resolveremos y tan pronto como las circunstancias y los precios mejoren, examinaremos las posibilidades (de una venta)", ha dicho el ministro de Economía en una entrevista a Reuters.
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