La corriente es ya de río bravo. Desde el 1-O han salido de Cataluña 19 empresas por minuto. Banco Sabadell y La Caixa encabezaron el pelotón hacia el exilio. Los brazos civiles del independentismo -ANC y Òmnium Cultural-, descartada su vuelta, han llamado a sus partidarios a retirar el dinero de los bancos que han dicho "no" a Carles Puigdemont. Una venganza "pacífica".
Es el último coletazo de las dos organizaciones que espolean la calle para mantener viva la llama del separatismo. Un órdago convocado a través de las redes sociales que buscaba un boicot al sistema financiero catalán. Para ello, a través de las redes sociales, citaron a sus fieles a retirar dinero de los cajeros.
Pero en contra de las imágenes que corren en Twitter, fuentes vinculadas a las grandes entidades financieras reconocen la existencia de "colas", pero niegan que puedan estar teniendo un efecto en su actividad.
"Retira la cantidad que quieras en efectivo de los cinco principales grandes bancos", empieza la arenga de ANC y Omnium, cuyos líderes permanecen encarcelados por un presunto delito de sedición.
Las dos organizaciones piden a sus seguidores que, además de acudir a los cajeros, expresen "su descontento con el traslado de la sede social". Se refieren, en concreto, al Sabadell y La Caixa, la primera ya radicada en Alicante; la segunda, en Valencia. "¡Es tu dinero!", concluye el mensaje.
El boicot, preparado con especial inquina en el caso de Caixa y Sabadell, contrasta con las reuniones que, según reveló El Confidencial, mantuvo Oriol Junqueras con sus principales mandatarios para suplicarles que no trasladaran su sede una vez conocidas sus intenciones.
La media de retirada, según se ha visto en mensajes de Whatsapp que se enviaban animando al boicot, era de 150 euros.
Una cifra que el sistema puede asumir perfectamente, y que no pone en riesgo la solvencia de ninguna entidad en este momento. En concreto, suponiendo que los 2.040.000 votantes del Sí en el referéndum ilegal del 1-O hubieran participado en la acción, la cifra retirada ascendería a 306 millones de euros.
Teniendo en cuenta que este boicot se extendía a los cinco grandes bancos, porque también querían "castigar al Ibex", hablaríamos de la retirada del 0,043% de los depósitos en España. El efecto sobre el sistema habría sido nulo.
La crisis catalana arroja así el extremo opuesto a lo sucedido en Grecia en junio de 2015, cuando el Gobierno heleno se vio obligado a racionar la retirada de efectivo: 60 euros por persona como máximo cada día.
Esta vez, las asociaciones, en estrecho trabajo con el Gobierno, exigen al ciudadano que torpedee a los bancos que no comparten su línea ideológica.