Endesa y Gas Natural son ya, por decisión del Gobierno, creadores de mercado de gas en el mercado organizado (Mibgas). Como estaba previsto, el Consejo de Ministros ha dado luz verde este viernes a la iniciativa del Ministerio de Energía que anunció hace casi un año el ministro Álvaro Nadal cuando la factura de la luz tocaba su primer máximo anual -de 91,88 euros el KW/h- en plena ola de frío. Como operadores dominantes del gas, ambas eléctricas tienen la obligación de presentar de forma continuada ofertas de compra y venta en el Mibgas.
¿El objetivo? Mejorar la liquidez en el mercado organizado, señalaban esta semana fuentes del Ministerio, lo que permitirá a los operadores disponer en cualquier momento de un volumen de gas negociado suficiente para cubrir sus necesidades.
El precio del gas, eso sí, seguirá dependiendo del coste de la materia prima en los mercados internacionales pero con esta medida se lograría dar estabilidad al mercado y reducir la volatilidad para evitar subidas de precios en situaciones de escasez de oferta, como ha señalado el propio Nadal este viernes en su cuenta de Twitter.
El Gobierno ha aprobado esta obligación casi un mes después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le instara a establecer las obligaciones que Gas Natural y Endesa tenían que cumplir para ser creadores de mercado. A través de un informe, señalaba además otras medidas para mejorar la liquidez y mantener la actividad de los creadores voluntarios de mercado -tarea que han realizado Gunvor International y Axpo Iberia en lo que va de año- propuestas por el ministerio cuando se disparó el precio de la tarifa regulada el pasado enero.
Parche electoralista del Gobierno
Aunque la medida no pretenda una bajada "artificial" del precio de la luz, algo que va en contra de la normativa europea, "sino mejorar el funcionamiento de los mercados para evitar puntas en los precios" según el Ministerio, en la práctica, puede llevar a una contención a los precios de forma indirecta ya que, cuando hay picos de demanda o falta generación de otras fuentes -como pasa cuando hay sequía o viento-, el gas es la materia prima que sirve para generar electricidad.
Desde el sector eléctrico, sin embargo, se mira con recelo esta decisión ya que no es más que un parche electoralista para los sobresaltos que genera en los consumidores los rejonazos que se llevan vía recibo de la luz en momentos de elevada demanda como en las olas de frío o en verano.
Varias fuentes del sector señalan que inyectar un mínimo de gas a un mercado que, de por sí, tiene en estos momentos una buena liquidez no va a lograr una reducción en los precios. Lo único que se logrará, señalan, es generar más confusión en la tarifa eléctrica y, de paso, seguir cargando a las empresas del sector la culpa sobre el precio de la luz cuando está en su mano tomar decisiones para abaratar el recibo.
El sector lleva un tiempo pidiendo al Gobierno que saque del recibo de la luz de los consumidores cargos que podrían financiarse por otras vías, por ejemplo, a través de los Presupuestos Generales del Estado.
Alrededor de un 65% de la factura que llega a unos 11 millones de clientes acogidos a la tarifa regulada son cargos no relacionados con el consumo sino con el coste de mantener el sistema, las subvenciones a renovables o al carbón y los impuestos que gravan el servicio.
Pero más allá del batiburrillo de costes que paga el consumidor sujeto a la tarifa regulada, los expertos consideran un error que el precio que pagan los ciudadanos por su consumo de electricidad esté ligado a un mercado con altibajos y expuesto a factores determinantes y fuera de control como la meteorología.
El siguiente paso es que la CNMC elabore un informe sobre el tema y que la Secretaría de Energía apruebe una resolución con las condiciones técnicas y económicas de la obligación. El Ministerio pretende que esta obligación esté operativa para final de mes.