El número de desempleados registrados en España subió en 7.255 en el mes de noviembre con respecto a octubre. Pero con una peculiaridad: la gran mayoría de los nuevos desempleados son mujeres. Concretamente, el 96%. ¿Es el paro machista?
Concretamente, el desempleo femenino creció en 6.969 personas, un 0,35% más que en octubre, y se mantuvo por encima de los dos millones. El masculino sigue muy por debajo y subió sólo en 286 personas, hasta 1.465.663 desempleados.
En comparación con noviembre de 2016, el paro masculino bajó en 198.207 personas, un 11,9% menos, mientras que el femenino se redujo en menos de la mitad, un 5,52%, hasta 117.335 personas.
¿A qué se debe? Teniendo en cuenta que el paro se redujo en agricultura, industria y construcción, queda sólo el colectivo del sector servicios, el auténtico motor de la recuperación, pero uno muy afectado por la estacionalidad. Además, noviembre ha sido un mes tradicionalmente malo para el empleo.
Mejor cuanto más jóvenes
En menores de 25 años las cifras están más igualadas, con paros registrados en el entorno de las 145.000 personas. Aquí sí es superior el número de parados varones. De hecho, en noviembre se redujo más el número de jóvenes desempleadas.
Esta tendencia es habitual en noviembre. En 2017, el paro femenino creció en noviembre tanto como el masculino, pero con muchos más contratos para menores de 25 años y con mucho menos para quienes superan esa edad.
Relacionado con esto nos encontramos con el número de contratos indefinidos, que en el sector servicios fue sólo 13.634, un 17,28% menos que en el mes anterior, si bien creció un 9,11% con respecto a las cifras del mismo periodo de 2016.
Sindicatos como UGT vienen denunciando desde hace meses que "la política económica de la austeridad, impuesta por el Gobierno del PP, ha deteriorado el empleo, en general, pero especialmente el de las mujeres". Y no sólo critica que aumenta la brecha de género en empleo, también habría un incremento en la brecha salarial.
Diferentes concentraciones
El Instituto Nacional de Estadística reconoce que, aunque en las últimas décadas se ha producido un notable incremento en la participación de la mujer en el mercado de trabajo, se ha producido una concentración de hombres y mujeres en diferentes sectores económicos y ocupaciones.
Así, las mujeres representan un porcentaje muy elevado de la fuerza laboral en determinados sectores como sanidad, educación o comercio al por menor, y los hombres ocupan la mayoría de los puestos de alta dirección y los trabajos manuales.