El Bitcoin no conoce límites. Ha alcanzado su máximo histórico de 16.000 dólares, lo que supone una revalorización del 36% en sólo una semana. Y las perspectivas siguen siendo halagüeñas para la criptomoneda que, en lo que llevamos de año, se ha incrementado en -casi- un 1.500%.
Semejante revalorización ha hecho que numerosas casas de análisis y banca de inversión hayan vuelto a insistir en que estamos ante una burbuja. Una situación que no está tan clara para el economista Javier Santacruz. A su juicio “no podemos tratar al Bitcoin como si fuera un activo financiero puro y duro”, por lo que referirse a una burbuja le resulta algo complicado.
Para el economista asistimos a un movimiento lógico, a tenor de que hablamos de un mercado (el de Bitcoin) que es finito. Tan sólo se pueden producir 21 millones y, en este momento, hay unos 17,5 millones en el mercado. Aunque el proceso de minería (creación) sigue avanzando y el ritmo es lento, estamos hablando de un mercado finito. Al tener una demanda cada vez más elevada, el precio tiende a infinito.
Llegan los derivados
Otra cosa, dice Santacruz, es que “de él surjan productos financieros que sí puedan convertirse en burbuja porque permitan la especulación pura y dura”. Hablamos de productos como puedan ser derivados o futuros. Este último mercado está a punto de nacer. De hecho, será el próximo domingo cuando comiencen a cotizar los primeros futuros emitidos por el Chicago Board Options Exchange; pero es que el 18 de diciembre harán lo propio los que promueve el Chicago Mercantile Exchange.
“La llegada de los futuros va a permitir dotar de una gran liquidez al bitcoin”, explica Pablo Moreno de la Cova, Fundador de Icofunding. Para este experto en criptomonedas esto es lo que se esconde detrás de las subidas de las últimas semanas, especialmente desde el verano.
Gracias a ellos los grandes fondos de inversión podrán depositar su dinero en este activo que, hasta ahora, estaba vetado para ellos. No existía un producto regulado bajo el paraguas de la Ley del Mercado de Valores y, por tanto, se perdía un mercado con más de 60 trillones de dólares listos para invertir. Algo que, a partir de ahora, sí podrá ocurrir.
Las dudas de la banca
Comenzará, por tanto, el momento de la especulación. Con los futuros podrán tomarse posiciones largas, pero también cortas. Algo que podría disparar -todavía más- la enorme volatilidad del Bitcoin. Según Goldman Sachs la volatilidad del Bitcoin respecto a otras divisas muy volátiles como la Lira turca o el Real brasileño, es del 95%. Es decir, la que más presenta.
Ahora bien, las autoridades americanas -según publica el Financial Times- tienen dudas acerca de que el sistema financiero esté preparado para asimilar su cotización en el mercado de futuros. Al parecer, el lobby de la industria de futuros (Futures Industry Association) no termina de ver clara la transparencia con la que se producirían los movimientos; así que no es descartable que puediera retrasarse.
La llegada de ese mercado estrictamente financiero era algo muy esperado. Los futuros son el primer paso, pero antes ya lo intentaron a través de ETF’s los hermanos Winklevoss. Conocidos por ser quienes denunciaron a Marck Zuckerberg de haberles plagiado la idea de Facebook. Intentaron crear un mercado de cotización a través de un instrumento híbrido entre un fondo de inversión y una acción. Sin embargo, la SEC (el equivalente en Estados Unidos a la CNMV) decidió echar por tierra sus planes.
El riesgo del hackeo
Para Santacruz son este tipo de acontecimientos los que dan ‘vida’ a la cotización del Bitcoin y la eleva hasta esos niveles históricos que estamos viviendo. Ahora bien, cree que hay un elemento esencial que puede poner en jaque la estabilidad de todo el sistema: un hackeo que ponga en riesgo la identidad de los compradores de Bitcoin, o produzca un robo masivo de las cantidades depositadas.
Casos de ese estilo ya se han dado en los últimos meses. De hecho, este mismo jueves hemos conocido que NiceHash (una plataforma eslovena especializada en minería de criptomonedas) cerró el acceso a su plataforma tras conocer que se robaron unos 70 millones de dólares en bitcoins.
Además hay que tener en cuenta otro matiz importante para el futuro del Bitcoin. La rentabilidad de su creación. Para poder desarrollar el proceso de minería se necesitan ordenadores muy potentes. Según Goldman Sachs, aproximadamente unos 1.300 millones de dólares anuales en consumo energético. De ahí la importancia que tiene el que el precio sea lo más elevado posible; y el motivo por el que se hizo con una estructura finita.