El que fuera director del Banco de España en los años ochenta, Aristóbulo de Juan de Frutos, ha criticado que la intervención del Banco Popular por la Junta Única de Resolución (JUR) fuera "opaca" y considera que su venta final por un euro al Santander supone "un fracaso" para gestores, auditores y supervisores por no saber "identificar ni corregir a tiempo los problemas".
Durante su intervención ante la comisión que investiga en el Congreso de los Diputados la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro, Aristóbulo de Juan ha criticado que no se conozcan aún los datos en los que se basó la intervención de la JUR, en referencia al informe de evaluación de Deloitte que determinó su resolución y que el organismo comunitario se resiste a hacer público en su integridad.
Remedio con la prohibición de los cortos
Asimismo, ha dicho que "a lo mejor" la caída de la sexta entidad financiera española "tuvo remedio". "Si se hubieran suprimido las operaciones en corto por la CNMV, igual que se hizo con Liberbank, a lo mejor se hubieran parado (las fugas de depósitos)", ha dicho.
También cree que podría haberse inyectado liquidez, aunque cree que esta medida "tampoco habría resuelto el problema". En todo caso, cree que debería haberse actuado antes de que se descapitalizara, tanto en los mercados como en las salidas de depósitos.
El Popular no era insolvente
De Frutos cree que, en el momento de la resolución, el Popular no era una entidad insolvente, sino que su caída se debió por la "pérdida gradual de patrimonio" que provocaban los activos improductivos con los que contaba.
Asimismo, ha puesto en cuestión que de "un banco excelente", esta entidad tuviera un "cambio de estrategia importante" durante los años 2000, que le embarcó en "una carrera vertiginosa" a imagen y semajanza a la de las cajas de ahorro, con una concentración en el sector inmobiliaria y una política "poco conservadora" respecto a sus provisiones.
Compra del Pastor, "suma de dos bancos enfermos"
La compra del Banco Pastor, a su juicio, fue "la suma de dos bancos enfermos", y ha señalado que, tras la absorción, mantuvo activos improductivos que disminuyeron su capacidad de generar recursos, le llevó a endeudarse y agravaron los problemas de capitalización y la pérdida de liquidez.
Por otro lado, se ha preguntado por qué los gestores de la entidad "no han corregido esta gestión", por qué los auditores "no han puesto de relieves los problemas", y "qué han hecho supervisores" nacionales y europeos.
Así, ha denunciado la "incongruencia contable muy fuerte" entre los datos remitidos a la CNMV en mayo de este año, que cifraban en el 11% el capital regulatorio con el que contaba la entidad y su venta por un euro "32 días después".
Asimismo, ha cuestionado, aun sin mencionar la compañía, la auditoría realizada por PwC, pues ha recordado que estuvo "35 años trabajando con ellos". "35 años son 35 años, ha dicho.