Cepsa anunció a finales de enero el lanzamiento de ‘Cepsa Hogar’, la comercializadora de luz y gas para el mercado residencial con la que quiere plantar cara a las grandes eléctricas que copan el negocio.
En su esfuerzo por diversificar su actividad más allá del petróleo para ser “un grupo energético global de referencia”, además de su apuesta por las renovables, la española quiere entrar en un negocio que en electricidad supone casi 18 millones de hogares y en gas 7,5 millones. Así lo expresó recientemente Álvaro Díaz Bild, que explicó que Cepsa lanzará una oferta combinada de electricidad, gas natural y carburante para el consumidor final, diferenciándose así de la competencia.
En principio, la petrolera se dirigirá a los hogares en la Península, hasta que consiga los permisos para operar en Ceuta, Melilla y las islas. La meta es ambiciosa: alcanzar una cuota de mercado de un 10% en los próximos años para estar entre los principales actores en ambos mercados. ¿Cómo pretende rascar ese porcentaje? A golpe de descuento.
Cepsa quiere “ser la más competitiva”, por lo que sus precios se situarán por debajo de los regulados, es decir, de la Tarifa Último Recurso (TUR) de gas y del Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) de electricidad. Según ha explicado, ofrecerán descuentos del 12% en energía y carburantes para los clientes que contraten un producto y de hasta un 18% para los que opten por el producto combinado (gas y luz) y el mantenimiento de gas.
Además, pretenden combinarlo con su programa de fidelización (Visa y Tarjeta Carrefour) ofreciendo un 8% adicional en combustible. Más adelante, en abril, prevé lanzarse a por las pymes y los autónomos.
Para crecer, Cepsa no descarta alianzas con socios y otros servicios, aseguró Díaz Bild. Las fuentes del sector privado consultadas apuntan a que una opción podría ser adquirir o cerrar alianzas con comercializadoras más pequeñas y centrarse en zonas geográficas donde se haya detectado hueco.
“Un movimiento arriesgado”
En un mercado en el que las cinco grandes energéticas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo) se reparten casi el 90% de los puntos de suministro en electricidad y el 99% en gas, ¿es un acierto buscar una entrada tan ambiciosa?
“Es un movimiento muy arriesgado. El mercado residencial de electricidad y gas natural ya está muy saturado, con muy bajos márgenes y con muy poco valor añadido”, expone a EL ESPAÑOL el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle.
Actualmente, Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa se reparten el grueso del cliente doméstico en suministro eléctrico (38%, 30% y 13%, respectivamente). En gas, de los 7,7 millones de clientes, un 79% están en mercado libre. Las mismas tres compañías se dividen más del 80% de los clientes. Con menos cuota, pero lejos del resto de las comercializadoras, están la portuguesa EDP (5% en electricidad y 11% en gas) y Viesgo (2,5% y 0,96%), según los datos de la CNMC.
Bajo el punto de vista de Lacalle, la diversificación de las petroleras hacia el sector utilities “siempre ha sido un fracaso absoluto”. “Los negocios no tienen nada que ver aunque se trate de energía y no añade valor”, considera. El mismo error es que las empresas que dan servicios energéticos opten por entrar en el negocio de la exploración y producción, agrega.
“Considero que Cepsa tiene muchas más opciones y, como cualquier petrolera, debería estar aprovechando los bajos precios del petróleo, que hay exceso de capacidad, que es un mercado de compradores, para reforzar su posición en petróleo”, defiende el economista a quien el objetivo de un 10% de cuota de mercado lo le dice “nada”. “Lo que importa es el margen que vas a generar, la cuota puedes lograrla poniendo unos precios irrisorios y destruyendo el mercado”, subraya.
Una de las dudas que genera la decisión de Cepsa entre los expertos es cómo van a sacar adelante este negocio. Fuentes del sector privado sostienen que la comercialización no es “un negocio sencillo”. “Requiere contratación de expertos y mucha inversión”, apuntan.
Por el momento, la petrolera ha hablado de sus planes para realizar el despliegue comercial. A su servicio, la red de 1.500 estaciones de servicio que visitan al día alrededor de 500.000 personas, su programa de fidelidad con más de 2 millones de clientes y sus actuales 3,5 millones de clientes de butano y propano.
La entrada en renovables
A finales de octubre, la petrolera adquirió los derechos para desarrollar su primer parque eólico en Jerez (Cádiz), con una inversión de 35 millones de euros. Una vez desarrollado tendrá una capacidad de 28,8 megavatios (MW) y se prevé que entre en funcionamiento a finales de este año.
A este primer paso en las renovables, que la petrolera defiende que ha llegado “en el momento adecuado”, le siguió la alianza alcanzada con Masdar para colaborar en proyectos renovables, sobre todo eólicos y solares, a nivel internacional. Ambas firmas pertenecen al mismo grupo, Mubadala Investment -que es resultado de la fusión del fondo dueño de Cepsa (Ipic) y otro gran fondo Mubadala Development Company-, por lo que la operación es una búsqueda de sinergias para crecer en el sector.
Este giro del modelo de negocio va ligado a un plan estratégico con un horizonte a 2030 que compromete una inversión de unos 40.000 millones, según indicó el consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró.
Ante este giro estratégico, Lacalle se pregunta el objetivo y si la petrolera buscaría ganar tamaño para volver a salir a Bolsa. “Los accionistas no van a valorar nunca los activos renovables que compre”, apunta.
Desde Renta 4, en cambio, le ven más sentido a la estrategia de Cepsa. “Es una buena forma de diversificar aunque sea un poco chocante que una petrolera apueste por el sector renovable”, afirma a este periódico Ángel Pérez, analista de Renta 4. En su opinión, contar con negocios sustitutivos puede ser una forma de asegurar el negocio.
Es una tendencia que se está observando en otras compañías del sector, como Repsol, que también está buscando su puerta de entrada en las energías ‘verdes’, o Gas Natural Fenosa, que invertirá alrededor de 700 millones de euros en el desarrollo del cupo de potencia eólica que se adjudicó el año pasado. “Es una forma de diversificar realmente razonable”, agrega Pérez.
Pero hay un matiz, afirma este experto en el sector energético: “al ser un sector nuevo para ellos, aunque sea una forma de diversificar, deberán demostrar año a año, trimestre a trimestre, que ahí también saben hacer las cosas bien. El éxito se verá en función de su capacidad de adaptarse a ese negocio”.