El debate sobre la sostenibilidad del futuro de las pensiones en España ha llegado para quedarse, y todo hace prever que, con ese factor de sostenibilidad que existe en el actual marco legal, las percepciones futuras cada vez darán para menos. Las subidas, como la de este año del 0,25%, se quedan lejos de cubrir el incremento del IPC.
En ese contexto, Unespa, la patronal española de las empresas aseguradoras, ha encargado un informe a la consultora Analistas Financieros Internacionales (Afi) para incentivar la contratación de productos de renta vitalicia, que hagan posible que los jubilados, a cambio de aportar un capital, cuenten con una rentas complementarias a pensión pública que les quede.
“No se pregunte lo que la Seguridad Social puede hacer por usted, sino qué puede hacer usted por la Seguridad Social”, dejaba caer José Antonio Herce, profesor de Afi Escuela de Finanzas y codirector del estudio junto a Iratxe Galdeano, para apuntar que “después de 130 años de historia de la Seguridad Social, estamos obligados a buscar alternativa", porque, señala, “no podemos seguir computando la edad de jubilación igual que en 1900”. “Hay que seguir subiendo la edad de jubilación porque la esperanza de vida es de 2,5 meses más por cada año que pasa”.
Caída media de 350 euros al mes de renta al que se jubile hoy
Y es que, según los cálculos echados por los profesores de Afi, las reformas acometidas por el Gobierno en 2011 y 2013 provocarán una caída media del poder adquisitivo de unos 350 euros al mes a una persona que se retire hoy a lo largo de su vida.
Ante esta eventualidad, el informe llega a la conclusión de que la mejor alternativa para los jubilados sería la contratación de algún producto de renta vitalicia. Un instrumento complejo de vender, reconocían los propios autores del informe, y que la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, trataba de explicar para el gran público.
Comprar renta, no hacer un depósito
“Lo que hacemos es comprar una renta. No estamos haciendo un depósito, y tiene por finalidad contar con esa renta extra el tiempo que vivamos, 3 o 35 años, después de jubilarnos”, comentaba la presidenta de la patronal aseguradora española.
Iba más allá González de Frutos para destacar la flexibilidad del producto. “Inicialmente se puede establecer cobrar una renta y legar una herencia, pero, después, pueden cambiar las condiciones. El jubilado, al necesitar más rentas para, por ejemplo, cubrir sus crecientes gastos asistenciales, puede dejar con menos o nada a los herederos, simplemente pactando con la aseguradora un cambio de los acuerdos inicialmente acordados”, explicaba.
Los que se mueren antes pagan a los que fallecen tarde
De lo que se trata es de hacer ver a los clientes de que vean la necesidad de “mutualizar el riesgo de supervivencia”, según la presidenta de Unespa. O sea, que los que más vivan se beneficiarán de los que fallecieran de manera prematura. Mucho antes de los 21 años de media que hoy vive un español después de jubilarse.
Actualmente, al cierre de 2017, son 2,27 millones los beneficiarios de rentas vitalicias en España, junto con rentas temporales, con 87.300 millones aportados.
En su mayoría son rentas vitalicias al uso (aportación de un capital a cambio de una renta complementaria a la pensión), pero también se incluyen esas rentas temporales, cuantificadas en apenas un 5% de la aportación total, según comenta a EL ESPAÑOL el director del Área de Seguros Personales de Unespa, Luis Miguel Ávalos. Esas rentas personales suelen ser contratadas por las empresas para hacer frente a Expedientes de Regulación de Empleo o planes de prejubilaciones.
Transformación patrimonial en rentas vitalicias
En los dos últimos años, tras la reforma fiscal acometida, se ha dado un aumento notable de transformación patrimonial en rentas vitalicias. Hasta el cierre del pasado ejercicio, casi 18.000 personas habían acometido esta operación, aportando algo más de 1.600 millones de euros, a una media superior a los 90.000. Una transformación que puede llegar desde la venta de un inmueble, una cartera de valores o cualquier otro bien capitalizable.
Para armarse de argumentos en favor de las rentas vitalicias, tanto los responsables de Unespa como los autores del informe dejan claro que se trata de un producto totalmente complementario con los planes de pensiones, con aportaciones acumulativas hasta la jubilación.
Planes que, según decía José Antonio Herce, dan para poco. De media solo logran conseguir un capital de 14.000 euros que, repartido entre los 21 años de vida media para la jubilación, arrojarían una renta mensual de apenas 70 euros.