La economía colaborativa se hace mayor. De hecho, los principales actores de este sector quieren desterrar este nombre de cara a una nueva era que se avecina. Durante la jornada organizada por UNO (Organización Empresarial de Logística y Transporte), en la que se debatieron los retos y oportunidades de la economía colaborativa en la logística y el transporte, se llegó a la conclusión de que la mejor manera de rebautizarla es “economía digital” para incidir en la importancia de la tecnología.
Ese apellido -el ‘digital’- aparece por la constante irrupción de la tecnología. “Las cinco mayores empresas del mundo en capitalización bursátil están ligadas con ella”, explicaba Francisco Aranda, secretario general de Uno, en alusión a la importancia que ha adquirido este sector dentro de la economía mundial.
Por tanto, es indudable y casi arcaico pensar en que la digitalización penetrará de una manera u otra en todos los sectores empresariales. Según Beatriz García-Quismondo, directora de Headway Executive Search, “la Revolución Tecnológica ha originado nuevas necesidades que están impactando directamente en el mercado laboral, fruto de la transformación digital de las empresas y de los retos de la nueva era global.”
Robots que nos lleven a casa los paquetes
Durante la mesa redonda, varias voces autorizadas del sector como Deliveroo, Uber, Correos Express o Seur pusieron de manifiesto que pronto se abrirá una “nueva pantalla de este videojuego”. La robótica o los coches autónomos son algunas de las principales apuestas para las principales compañías del sector.
Y no lo hacen por mera fantasía. Los estudios avalan el nuevo cambio de tendencia. Un informe publicado por Pew Research Center, que recoge la opinión de casi 2.000 académicos y expertos en la industria tecnológica y empresarial, señalan a la Inteligencia Artificial y a la robótica como uno de los agentes que transformarán en el mercado laboral. El 50% de los encuestados considera que, para 2025, los robots se ocuparán de muchos de los puestos de trabajos que hasta ahora hacen los humanos.
Esto no significa que se vaya a destruir trabajo. Los expertos reunidos en la mesa redonda consideran que para que un robot vaya a casa a dejar un paquete, alguien deberá estar detrás para vigilar sus movimientos y que sus algoritmos funcionen con la perfección de un reloj suizo.
Empresas tan importantes en España en el servicio de mensajería y paquetería como Correos Express y Seur ya piensan en cómo será enviar los paquetes a sus clientes. Manuel Molins, director general de Correos Express ha indicado que la obsesión para el sector es “la eficacia en la última milla (último paso para entregar la mercancía al receptor)”.
Para ello, el directivo asume que las compañías deben “optimizar los recursos en este proceso de entrega, y para ello la utilización de drones o la robótica serán las grandes protagonistas en la próxima década”. Seur tampoco ha obviado que la era tecnológica está a la vuelta a la esquina e Itxasu Larrañaga, directora de personas y RSC, desvela que su compañía está realizando “pruebas piloto con camiones autónomos que transporten la mercancía de una ciudad a otra”.
Deliveroo, a través de su directora general en España, Diana Morato,también tiene clara la estrategia. Una de las empresas en España que más necesita de la tecnología para poder trabajar apuesta por la “ayuda de la robótica en el último paso para que el cliente pueda recibir el producto con garantías”, sin obviar que se pueden llegar “acuerdos comerciales para que compañías del sector puedan ayudarse entre sí”.
La empresa de reparto también apuesta por la “colaboración en la optimización y renovación de las empresas con las que trabajamos”. Diana Morato reafirmó la idea de “ayudar a empresas como los restaurantes, un pilar fundamental en nuestro negocio, a renovarse en las cocinas, un lugar que no evoluciona y mira al futuro desde hace 25 años”.
Uber también piensa en las próximas décadas. La compañía de transporte privado llegó a un acuerdo para comprar adquirir 24.000 coches autónomos a Volvo para aparecer en el asfalto a partir del 2021. “Estamos preparándonos para la nueva fase en las carreteras: la de los coches conectados”, explicó Ildefonso Pastor, director de Relaciones Institucionales España. “Nuestra línea de negocio se va a dirigir a la conducción sin chófer y que varios pasajeros se unan en el mismo automóvil que se dirijan en la misma dirección”, precisó.
Los sindicatos piden cautela
No obstante, los sindicatos no quieren lanzar las campanas al vuelo. Mario Martín Moreno, secretario general del Sector Estatal de Carretera en Comisiones Obreras, aún no compra la idea de un mundo gobernado por los robots.
“Me cuesta pensar en que las personas estén dispuestas a renunciar que una persona no les dé el producto en mano”. Además considera que las ciudades, primeramente, deben prepararse para poseer unos “puntos de reparto fuertes y avanzados para que los robots o los drones sean quienes operen en la última milla”.