La preocupación por el cambio climático y la sostenibilidad del planeta se extiende como la espuma. Muestra de ello es que los inversores exigen a las empresas -cada vez con más fruición- que expliquen de qué forma contribuyen a frenar las emisiones y, al mismo tiempo, cómo generan valor para su compañía con ello.
Uno de los sectores más expuestos a estas preguntas es el de los bancos, dado que son quienes riegan de dinero la economía. De hecho, desde el BBVA, su director global de negocio responsable, Antoni Ballabriga, explica que periódicamente mantienen reuniones con fondos como BlackRock, Amundi o JP Morgan para explicarles la exposición que tienen a proyectos contaminantes o que presenten un elevado riego medioambiental.
Exámenes que están obligando a las entidades europeas a proporcionar mayor cantidad de información sobre su exposición a energías fósiles y renovables, tanto directa como indirectamente. Una línea que ya han trazado entidades financieras como BNP Paribas y Sociéte Générale y que ahora quieren seguir otros bancos europeos.
Así que la entidad que lidera Francisco González se ha puesto las pilas y se ha propuesto abanderar este tema en nuestro país. Para ello prepara ‘un desnudo’ de sus inversiones, pero también un cambio en su estrategia medioambiental y de financiación de proyectos.
Sobre la mesa ha puesto 100.000 millones de euros hasta 2025 con los que busca trabajar en tres pilares: ayudar en la transición a una economía baja en carbono (a lo que dedicará 70.000 millones); colaborar en la financiación de infraestructuras sostenibles y agrobusiness (12.000 millones) y, por último, a la inclusión financiera y el emprendimiento (18.000 millones de euros).
Menos combustible fósil
Un cambio que supondrá ir cerrando la puerta a los proyectos más contaminantes y reducir la exposición a combustibles fósiles. Actualmente, cuenta con unos 23.370 millones de euros comprometidos, que suponen el 3,4% del balance del banco. De ellos, 133 millones se destinan a la minería y el carbón que, desde ahora, no podrán ser financiados dado que se cierra por completo la puerta a este tipo de proyectos.
También se propone el BBVA ir reduciendo la exposición al carbón en las utilities. Para ello, se valorará que los clientes vayan apostando por energías renovables, hidroeléctricas o gas en el futuro. De hecho, en este momento, la exposición a combustibles fósiles total dentro de las utilities de la entidad de Francisco González ronda el 49%, una de las más bajas de la Unión Europea.
Lo que sí continuará financiando el BBVA son proyectos de petróleo y gas. Básicamente porque creen que son energías que, con la financiación adecuada, pueden ir transformándose en tecnologías mucho más sostenibles.
Bonos verdes
Muestra del camino que se busca emprender por parte de la entidad que lidera Francisco González es su apuesta por los bonos verdes. En estos momentos tiene 22.132 millones de euros en préstamos de este tipo; de los que 10.646 millones se otorgaron el año pasado. Una cifra que aumentará en los próximos cursos, y que busca también la emisión de nuevos bonos sostenibles.
Un mercado creciente y con un gran futuro, ya que cada vez más se valoran este tipo de emisiones por parte de los inversores. Si no, que le pregunten a Iberdrola o Mapfre que, recientemente, han cerrado emisiones de este tipo.
Se calcula que el mercado relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible tendrá una inversión anuales esperada hasta 2030 de unos 5 billones de dólares anuales, algo que cualquier entidad querría aprovechar para poder hacer negocio con ella financiando proyectos.
Por último, el BBVA se propone reducir sus emisiones. En 2025 contempla tener el 70% de la energía que utiliza el grupo renovable, y haber reducido un 68% las emisiones de CO2.