El arranque de año ha sido bueno para Iberdrola. Las condiciones en sus principales mercados se han normalizado, ha asegurado su presidente, Ignacio Sánchez Galán, que anticipa con "optimismo" que el beneficio bruto de explotación (Ebitda) aumente más de un 20%, hasta superar los 9.000 millones de euros, y el beneficio se sitúe en torno a los 3.000 millones.
En 2017, el desplome de la generación en España a causa de la sequía y la evolución del tipo de cambio del dólar y la libra impactaron los resultados de la eléctrica, ha recordado Galán durante su discurso en la junta general de accionistas celebrada este viernes en Bilbao. Iberdrola ganó 2.804 millones en el ejercicio de 2017. La cifra supone un descenso de un 3,7% respecto al beneficio neto alcanzado en 2016, de 2.705 millones, y se situó por encima del consenso del mercado.
Estas buenas perspectivas se basan tanto en la mejora de las condiciones en sus mercados como en los avances que la compañía ha hecho en sus proyectos. El parque eólico marino Wikinger, en el norte de Alemania, está en marcha desde principios de enero. También han entrado en operación la línea Western Link, en Reino Unido; el ciclo combinado de Escobedo, en México; y la planta fotovoltaica de Wy-East, en Estados Unidos.
Además, la compañía ha realizado revisión de sus tarifas en Estados Unidos y Brasil y ha mejorado los costes operativos en todos sus mercados, pero especialmente en Brasil tras la integración de sus negocios.
Mejora del dividendo
En estas condiciones, Galán ha asegurado que la compañía espera que el dividendo siga mejorando, dando cabida a una mejora en la retribución a sus accionistas para este ejercicio.
En plan estratégico 2018-2022 que presentó en febrero marca un crecimiento de la retribución a sus accionistas en línea con los resultados, con un 'pay out' de entre el 65% y 75%, con un objetivo de dividendo al final del periodo de en torno a los 0,4 euros por acción.
En lo que respecta a 2017, el grupo sometió a la votación de sus accionistas un incremento del 4% de su retribución, hasta los 0,323 euros brutos por acción, lo que supone un reparto total de más de 2.000 millones de euros como dividendo.
El presidente de la eléctrica destacó las fortalezas de su nuevo plan para mantener esta política de dividendo y destacó que entre 2018 y 2022 "se elevarán hasta cerca de 12.000 millones, frente a los 9.000 millones de los cinco años anteriores".
Esta hoja de ruta hasta 2022 marca una inversión de 32.000 millones en sus mercados principales: Estados Unidos, Reino Unido, Europa Continental, México y Brasil. La mitad de este monto se enfocará a redes de distribución y transporte y casi un 40% a energías renovables.
Este plan de inversión hará que, para 2022, la base de activos regulados alcance los 40.000 millones, casi un 40% más. Además, la potencia renovable instalada aumentará un 24%, hasta los 36.000 megavatios y la capacidad de almacenamiento se incrementará en un 25%, hasta los 100.000 MWh.
"Todo ello, junto con las mejoras de eficiencia previstas, nos permitirá no solo lograr los objetivos que teníamos fijados para 2020, sino también alcanzar en 2022 un Ebitda cercano a los 12.000 millones de euros y un beneficio neto alrededor de un 30% superior al del pasado ejercicio", subrayó.
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