"Estamos evaluando la gama completa de implicaciones potenciales que este evento tiene para la compañía y se está comunicando con las partes relevantes proactivamente para responder en consecuencia", apuntó la empresa china en un comunicado publicado en su página web.
En él confirmó que conoce la orden de denegación activada por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, que tiene una duración de siete años.
Este lunes se conoció que Estados Unidos activaba la denegación de privilegios de exportación contra ZTE tras acusar a la compañía de hacer declaraciones falsas en el año 2016, durante las negociaciones de conciliación en el caso de la violación del embargo a Irán.
En marzo de 2017, el gigante chino de las telecomunicaciones acordó pagar una multa de 1.192 millones de dólares al Gobierno de Estados Unidos por violar "los controles de exportaciones que mantienen tecnología sensible estadounidense fuera de las manos de regímenes hostiles como Irán", según aseguró Washington.
Además, la compañía fue amenazada con la denegación de privilegios de exportación, que podría activarse si no se cumplía con alguno de los aspectos del acuerdo.
Otra de las causas esgrimidas hoy por el Departamento de Comercio para activar la prohibición fue que en 2017, durante el período de prueba, la compañía ocultó información como el pago de bonos a los empleados que habían participado en las operaciones con Irán, en lugar de emitir cartas de amonestación.
"ZTE engañó al Departamento de Comercio. En lugar de reprender al personal de ZTE y a la alta gerencia, ZTE los recompensó. Este comportamiento atroz no puede ser ignorado", apuntó el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, sobre la empresa china, fabricante de teléfonos inteligentes y proveedora de soluciones de telecomunicaciones.
Aunque oficialmente no se ha relacionado este caso con la coyuntura política, China y Estados Unidos viven inmersos en crecientes tensiones por la imposición mutua de aranceles que han afectado a numerosos sectores y que por parte de Estados Unidos buscan defender la propiedad intelectual, la innovación y evitar la transferencia tecnológica.
En el mes de enero se conoció que un grupo de legisladores republicanos propusieron un plan para prohibir al Gobierno de Estados Unidos que firmara contratos con ZTE y Huawei, alegando la posibilidad de espionaje por parte de China.
La medida ponía en entredicho la fiabilidad de dos empresas que destacan por su auge en los últimos años en el mercado de la telefonía y de cualquier tecnología que derive de ellas. EFECOM
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